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Las elecciones en Bosnia miden la fuerza de los nacionalistas

Las elecciones generales de mañana en Bosnia-Herzegovina servirán de piedra de toque para medir la fuerza de los partidos nacionalistas, que en el último año han perdido a sus tres grandes caudillos y cuando se cumplen cinco años de la firma de los acuerdos de Dayton que pusieron fin a la guerra. Las elecciones se celebran en un momento insólito. Las tres naciones que viven bajo la entidad estatal de Bosnia-Herzegovina han perdido a lo largo del último año a sus padres: los croatas, a Franjo Tudjman, los serbios, a Slobodan Milosevic, y los musulmanes bosnios, a Alia Izetbegovic.

La importancia objetiva de las elecciones no ofrece la menor duda. El dirigente del Partido Socialdemócrata (SDP), Ivo Komsic, un croata en las filas del SDP, declaró ayer a este periódico que en la elección de mañana se decide "si vamos a destruir o no el régimen fascista en Bosnia-Herzegovina". Se eligen mañana en toda Bosnia-Herzegovina el Parlamento federal y los parlamentos de las dos entidades que forman el país tras los acuerdos de Dayton, el de la Federación croatomusulmana y el de la República Serbia de Bosnia. Además, en la República Serbia se eligen, por sufragio directo, el presidente y vicepresidente de la entidad. Para completar la faena electoral, se celebran también elecciones cantonales en la Federación croatomusulmana. No obstante, el hastío e incluso desencanto de la población casi se palpa a lo largo y ancho de Bosnia-Herzegovina.

El hartazgo de la gente se explica si se tiene en cuenta que las de mañana serán las terceras elecciones generales desde que el 21 de noviembre de 1995, hace menos de cinco años, se firmaron los acuerdos de Dayton que parieron este extraño engendro formado por una Federación de croatas y musulmanes bosnios sobre el 51% del territorio y una República de los serbios sobre el 49% restante. Por si no bastaban las dos elecciones generales, que se suman a la de mañana, los electores de Bosnia-Herzegovina tuvieron dos municipales. Seis elecciones en un periodo de cuatro años es demasiado para cualquier cuerpo electoral.

En la República Serbia de Bosnia no parece que la desaparición política Milosevic vaya a tener una gran repercusión. La sucursal del partido de Milosevic entre los serbios de Bosnia ya iba de capa caída antes del desastre electoral y el derrocamiento en las calles del déspota de Belgrado. El partido que parece ganará en la entidad serbia de Bosnia es el Partido Democrático Serbio (SDS) creación del siniestro psiquiatra Radovan Karadzic, el presunto criminal de guerra más notorio.

Más perplejos, tras la desaparición física de su caudillo Tudjman, se encuentran los croatas, sobre todo en sus feudos de Herzegovina, acostumbrados a recibir fondos y directivas desde Zagreb. Las nuevas autoridades croatas han dejado claro a sus compatriotas de Bosnia-Herzegovina que las soluciones a sus problemas deben buscarlas en su país, en la capital Sarajevo, y no en Zagreb.

El desenlace electoral más interesante, y esperanzador para la comunidad internacional, puede producirse entre los musulmanes bosnios, que parecen dispuestos, por primera vez en unas elecciones generales, a dar la espalda a su partido tradicional, el Partido de Acción Democrática (SDA), del legendario Alija Izetbegovic, dimitido hace poco. La irresistible ascesión del Partido Socialdemócrata (SDP), multinacional, miembro de la Internacional Socialista y el único que presenta candidatos en toda Bosnia-Herzegovina, amenaza a los herederos de Izetbegovic.

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