El BCE interviene por cuarta vez en menos de una semana sin lograr que el euro se recupere
El Banco Central Europeo (BCE) envió ayer un nuevo mensaje desconcertante. Por cuarta vez en los últimos seis días y en plena incertidumbre por el resultado de las elecciones estadounidenses, el BCE intervino en apoyo al euro. La iniciativa, al igual que las anteriores, pasó prácticamente desapercibida en los mercados. Para algunos expertos, estas actuaciones intentan reforzar la dañada credibilidad del BCE al demostrar reiteradamente su capacidad para actuar en solitario, sin el apoyo de otros bancos centrales. Para otros, los resultados indican que esa credibilidad puede verse aún más dañada.
Al inicio de la jornada, el euro se cotizaba a 0,8542 dólares y durante toda la mañana se mantuvo, con muy ligeras variaciones, en ese nivel. A las dos de la tarde, una hora antes de la intervención, la moneda única se cambiaba a 0,8555 dólares. Nada más producirse la intervención, el euro remontó ligeramente los 0,86 dólares, pero enseguida inició lento camino de descenso. No obstante, a última hora repuntó a 0,8670 a raíz de que el BCE anunció que mantendría una "estrecha vigilancia" sobre la moneda única. El tipo de cambio oficial, fijado antes de que el mercado notara la intervención, quedó en 0,8531.Se trata de la cuarta operación en solitario, y sin éxito, del BCE. El pasado viernes, lanzó dos seguidas y la tercera se produjo el lunes. Se calcula que el BCE ha empleado ya unos 5.000 millones de euros en divisas (ayer vendió dólares y yenes por unos mil millones de euros) para apuntalar la moneda europea. La cantidad es mínima frente a los más de 40.000 millones de los que disponía en agosto, a los que habría que sumar los cerca de 275.000 millones en poder de los bancos nacionales de los Once.
Ayer, el Banco de Francia confirmó que también había intervenido a favor del euro, mientras un portavoz del Ministerio alemán de Finanzas insistió en que Berlín está interesado en un euro fuerte.
Pero el problema no parece residir en que las intervenciones en solitario han sido de escasa cuantía, sino en el nivel de confianza que puede transmitir el BCE con sus actuaciones. Ayer, en Bruselas, fuentes de la Comisión Europea señalaban que el BCE es todavía "una institución joven" y que por eso insiste en dar "pequeños pasos", para calibrar las consecuencias de sus intervenciones. A la vez, estas fuentes destacaban que el banco quiere demostrar que "dispone de sus instrumentos y que está dispuesto a utilizarlos en solitario". "Ése es el mensaje de las cuatro intervenciones", señalan en Bruselas. Además, añaden, esta última iniciativa se produce en medio de la incertidumbre en EE UU ante los resultados electorales.
En el seno de la Comisión, las tres intervenciones anteriores fueron comentadas de forma positiva. La de ayer, sin embargo, fue calificada incluso de "desconcertante" por algún alto cargo del Ejecutivo europeo. Entre los Gobiernos europeos, las reacciones han sido muy prudentes en esta semana, si bien coinciden en que es el propio BCE el que debe decidir cuándo y cómo interviene, para añadir la frase más repetida al respecto en los últimos meses: "El euro está muy devaluado a la vista de las perspectivas económicas de Europa".
A las cuatro intervenciones del BCE de los últimos días, se suma la registrada el pasado 22 de septiembre, la única en la que el banco central ha intervenido a favor del euro en coordinación con la Reserva Federal y los bancos de Japón, Canadá y Reino Unido. Desde entonces, los expertos consideraron improbable que EE UU acudiera en apoyo del euro hasta que hubiera nuevo inquilino en la Casa Blanca.
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