Muere el conductor de autobús herido por ETA en Madrid tras diez días de agonía
El conductor de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Madrid herido en el atentado de ETA del pasado 30 de octubre falleció ayer tras 10 días de agonía en una cama de la unidad de cuidados intensivos del hospital Ramón y Cajal. Jesús Sánchez Martínez, de 35 años, que llevaba ocho en la línea 53 de la EMT, se convierte así en la víctima número 20 de la organización terrorista desde el fin de la tregua. El entierro de Sánchez será esta tarde en su localidad natal, Villamayor de Santiago (Cuenca). La EMT fleta autobuses para que los compañeros del conductor acudan al entierro.
"Gobierno, ¡ya está bien!"
Un coche bomba aguardaba aparcado en la esquina de la Avenida de Badajoz con la calle de Torrelaguna (distrito de Ciudad Lineal) el paso del coche oficial de José Francisco Querol Lombardero, de 69 años, general de la armada y magistrado de la sala quinta del Tribunal Supremo. Los terroristas observaban en las inmediaciones del lugar. Cuando el coche del magistrado pasó junto a la bomba accionaron por control remoto los 35 kilos de explosivo. El coche del magistrado voló por los aires, pasó por encima de un autobús municipal, y cayó, volcado, contra la acera. De inmediato se incendió. Los tres ocupantes fallecieron: el magistrado; su escolta, Jesús Escudero García, agente del Cuerpo Nacional de Policía, de 53 años, y su conductor, Armando Medina Sánchez, de 57.La onda expansiva cogió de pleno al autobús municipal. Entró por la esquina frontal izquierda, justo donde estaba sentado Sánchez, al volante del vehículo. El conductor recibió el impacto de lleno, sufrió un traumatismo craneal con pérdida de masa encefálica. Un compañero suyo le sacó del vehículo y fue trasladado al Hospital de Ramón y Cajal.
Los médicos y cirujanos del centro hospitalario le sometieron a una intervención quirúrgica de urgencia. Le extrajeron un fragmento del lóbulo temporal. Diagnóstico: muy grave. Su estado empeoró el martes y le tuvo que ser practicada una traqueotomía. Su fortaleza física no aguantó más y Sánchez falleció a las 13.49 de ayer, tras ocho días en coma.
El mortuorio del Ramón y Cajal se convirtió en un improvisado foro contra la banda terrorista. Decenas de compañeros del fallecido repetían una y otra vez su rechazo "total contra el "inútil y estúpido atentado", según Julián Sandalio, portavoz de CC OO en la EMT de Madrid. "El destino ha querido que Sánchez se haya convertido en una nueva víctima de la sinrazón, de la barbarie de ETA", añadió.
El secretario del Sindicato Independiente de Transportistas, Pablo Calatayud, declaró: "Los ciudadanos le tenemos que decir al Gobierno que ya está bien. Que nosotros ponemos los muertos y ellos las bombas y que no estamos dispuestos a seguir muriendo sin ton ni son". Otro portavoz del Sindicato Independiente de Transportistas, Juan Pablo Hernández, afirmó que "con Jesús, no sólo ha muerto un compañero, sino un trozito de cada español".Belén, la esposa de Jesús, ha estado junto a su marido hasta el último momento desde el atentado. "Está rota, se ha pasado las 24 horas del día en el hospital, junto a él, sólo iba a casa por las mañanas a ducharse y cambiarse. No sé qué hacer para ayudarla". Sandalio se mostraba preocupado por la esposa del fallecido. El matrimonio no tuvo hijos.
El cadaver de Sánchez yace en un féretro cerrado, tapado a la vista, dado el estado en el que quedó su rostro tras el bombazo y las intervenciones quirúrgicas. Será trasladado en un furgón a las 13.45 de hoy hasta la localidad conquense de Villamayor de Santiago para el sepelio. El obispo de Cuenca, monseñor Ramón del Hoyo, oficiará el funeral en la iglesia de la localidad. Del Hoyo manifestó "su enorme dolor por la muerte del conductor ya que una vida ha sido truncada en plena juventud, de manera injusta, absurda y criminal".
Al mortuorio del hospital Ramón y Cajal acudió la presidenta del Senado, Esperanza Aguirre; el presidente regional, Alberto Ruiz Gallardón; el alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano; el edil de IU en el consistorio madrileño, Julio Misiego; el portavoz del PSOE en el Congreso, Jesús Caldera, y el concejal socialista Eugenio Morales para dar el pésame a los padres y a la esposa del fallecido. Numerosas coronas adornaban el féretro.
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