La alcachofa se marchita

Verticillium. Éste es el nombre del hongo que hace peligrar el cultivo de la alcachofa de Benicarló, el único producto con denominación de origen de la provincia de Castellón. Ésta es la conclusión a la que ha llegado un grupo de técnicos de la Consejería de Agricultura y de la Universidad Politécnica que se encuentran estudiando desde este verano las causas por las que la producción de este vegetal se ha reducido de una manera drástica el último año, después de unas temporadas de disminución progresiva. El elemento causante, según explicaba durante la presentación de las primeras conclusiones de este estudio el profesor de agrónomos de la Politécnica José García, es un hongo "que entra en la alcachofa por la raíz e infecta la planta, colonizando los vasos y haciendo que al final se marchite". Lo que intentará ahora este grupo de técnicos es aislar el hongo y salvar el cultivo de la alcachofa de Benicarló. La voz de alarma sobre este problema la dio, a principios de año, la Unió de Llauradors. El responsable de este colectivo en El Maestrat, Joan Brusca, pronosticaba que, de no investigarse y resolverse los problemas que aquejan a la alcachofa, la planta podría desaparecer "en menos de diez años".

La Unió venía advirtiendo durante las últimas tres campañas de la progresiva reducción de la producción y del rendimiento, ya que la planta había pasado de tener una media de dos kilos y medio de peso a menos de un kilo. El aviso de la Unió movilizó al Consell Regulador de la Denominación de Origen de la Alcachofa de Benicarló, que solicitó a la consejería una investigación para determinar el problema. Y así, desde el verano, un equipo de una quincena de expertos del Intituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) y de la Politécnica están llevando a cabo un análisis del problema, dentro de un programa de cuatro años de duración, subvencionado por la Generalitat en 50 millones de pesetas.

Los técnicos del IVIA reconocieron una conclusión fundamental tras los primeros meses de trabajo: no se trata de un problema sencillo. El sistema reproductivo por esquejes de la planta dificulta mucho la determinación del mal, puesto que los esquejes tienen contacto con la tierra y el hongo puede estar en ella o en la planta. Ambas posibilidades se están estudiando en la actualidad como los transmisores más probables del hongo que afecta a la alcachofa.

Para erradicar la duda, se ha procedido a seleccionar dos fincas de cultivo de alcachofa en el término de Benicarló. Una de ellas se destina al estudio de la influencia de desinfección del suelo, mientras que en la otra se está estudiando la eficacia de los tratamientos de preplantación del vegetal.

El estudio de desinfección del suelo consiste en ver la respuesta del cultivo a los diferentes fumigantes que se le aplican. Y el plan de choque sobre la misma planta no es más que el ensayo de diversos tratamientos en los esquejes antes de proceder a transplantarlos: según explicaba José García, uno de los métodos de investigación consiste en sumergir los esquejes afectados en agua caliente a 46º durante 45 minutos "para matar al hongo".

En ambos casos, después de la desinfección se realiza un cultivo de la alcachofa, con una duración de dos años, durante los que se estudiará su desarrollo, producción, y la incidencia y evolución de las enfermedades. Desde el IVIA, Vicente Cebolla concluía que "se trata de establecer una serie de parámetros para valorar el diferente comportamiento del cultivo y de la cosecha". La incertidumbre sobre el futuro de la alcachofa viene preocupando durante los últimos meses a los agricultores de Benicarló, que ven peligrar la producción del cultivo por antonomasia de la localidad.

Lo único que queda es esperar que evolucione el estudio, y se especifiquen las causas y tratamientos para que la planta vuelva a su anterior producción y rendimiento. Otra cosa es la viabilidad económica de las soluciones que se propongan, como apuntan los técnicos del estudio.