'Campeones', de Conesa, mejor corto de los noventa

Campeones, del madrileño Antonio Conesa (1964) es el mejor corto de los noventa. Así lo proclamó ayer el Festival de Cine de Alcalá, que lleva 30 años promocionando este formato. La conclusión llegó tras consultar a 50 profesionales: directores, productores, críticos y programadores de televisión. Cada jurado recibió una lista con toda la cosecha de la década (casi 1.300 obras) y hubo de elegir diez. Campeones,una cinta de 19 minutos de duración, fue la más votada. Antonio Conesa recogió anoche su Victoria, una estatuilla que recrea, "desde un punto de vista geométrico", la victoria de Samotracia, según obra del escultor Miguel Ángel Sánchez. Conesa era el único director entre los seleccionados que no había filmado un largo. "Ahora tendré que hacerlo, he cogido la indirecta", dijo al recoger su Victoria.

Antonio Conesa rodó Campeones en 1997, en blanco y negro. La Casa de Campo de Madrid sirve de escenario a una historia simple y hermosa: una familia -padre, madre y tres hijos- en una comida campestre de domingo, un partido de fútbol escuchado desde la radio del coche, la derrota del Atlético y la muerte. Era el tercer corto de Conesa, un todoterreno que ha escrito su nombre tras varios epígrafes de los títulos de crédito, y que ya había dirigido Atascos y Huntza.

Los cinco finalistas de este repaso a la década de los noventa fueron Esposados, de Juan Carlos Fresnadillo, que quedó en segundo lugar; Mirindas asesinas, de Álex de la Iglesia, en el tercero; Aquel ritmillo, de Javier Fesser, y El columpio, de Álvaro Fernández Armero, compartiendo el cuarto, y, por último, Manualidades, de Santiago Lorenzo, en el quinto. Sus autores son ahora, como Conesa, treintañeros, y, aunque no hace tanto les bastó con una media de 15 minutos para contar una historia redonda, hoy todos se han pasado al largo.

El humor negro de la última película de De la Iglesia, La Comunidad, ya estaba hace diez años en el más veterano de los cortos premiados, Mirindas asesinas, donde un Álex Angulo sediento de sangre y mirindas inauguró la "década prodigiosa" del corto. Tampoco faltaba el humor en Esposados, que concitó la atención de todos sobre el corto español, cuando se supo que su joven director competía en 1996 con la productora de Spielberg por el Oscar al mejor cortometraje.