Hillary Clinton consigue el escaño por Nueva York, según los sondeos
Hillary Clinton obtuvo ayer un escaño en el Senado por el Estado de Nueva York, según los primeros sondeos a pie de urna divulgados esta madrugada por la CNN. La única primera dama norteamericana en presentarse a unas elecciones en la historia de Estados Unidos logró sobre todo el apoyo del electorado femenino. Su presencia convirtió lo que debía ser una contienda menor en uno de los comicios más observados y caros del país. Su adversario era el joven y hasta hace poco desconocido congresista republicano Rick Lazio.
Los dos candidatos acudieron ayer a votar sonrientes y confiados, como era de esperar, ante las cámaras. Acompañada de su marido y de su hija Chelsea, Hillary Clinton lo hizo en Chapaqqua, el barrio residencial cercano a la ciudad de Nueva York donde hace un año se compró una mansión por más de un millón y medio de dólares (unos 300 millones de pesetas). Lazio, con su mujer y sus dos hijas, acudió a un colegio electoral cercano a su casa de Long Island, distrito por el que dejará de ser congresista tras las elecciones. En los últimos momentos de la campaña los rivales gastaron todos sus cartuchos, incluso los que no habían utilizado hasta ahora. En un acto multitudinario cerca de Times Square, la primera dama apareció con Patrick Moynihan, el veterano senador por Nueva York que desencadenó toda esta contienda al anunciar su jubilación hace dos años. Lazio, en varios mítines por el Estado, recurrió por primera vez al alcalde de la ciudad, Rudolph Giuliani, que dejó empantanado al Partido Republicano en mayo pasado cuando renunció a presentarse contra Hillary Clinton.
Las encuestas anunciaron desde el principio una carrera muy reñida. Cuando el nombre de Lazio se mencionó por primera vez, aun siendo un desconocido, los sondeos ya le daban un 44% de los votos frente al 46% para su rival, que llevaba casi un año de precampaña. En los últimos meses la primera dama tuvo que ganarse cada apoyo a pulso, incluso entre tradicionales votantes demócratas como las mujeres y la comunidad judía, una de las piezas clave de estos comicios.
Las cifras se mantuvieron constantes -los últimos sondeos daban una ventaja de entre 5 y 11 puntos a la candidata demócrata-, pero las percepciones cambiaron. Hillary combatió con sonrisas y mítines su imagen de candidata cunera y consiguió labrarse un historial político pese a no haberse presentado a ninguna elección. Lazio, que apareció como la cara fresca y joven de los republicanos, más de lo que aparentan sus 42 años, no consiguió movilizar a un electorado dispuesto a ponerse de su lado sólo con tal de estar en contra de Hillary Clinton.
Las elecciones se jugaron en tres escenarios: la ciudad, sus barrrios residenciales y el llamado upstate New York, la parte más rural y conservadora del Estado. Estos grupos muy diferenciados de votantes han exigido su propia estrategia y matices. Los neoyorquinos siempre han sido mayoritariamente demócratas pero nunca han dado su voto por descontado y han sido capaces de elegir a republicanos como el gobernador del Estado, George Pataki, y el alcalde Giuliani.
Hillary Clinton tenía desde el principio ganada la ciudad, tradicionalmente más liberal y donde se aglutinan las minorías hispanas y negras, grandes pilares del electorado demócrata. Lazio gozaba de un amplio margen en los barrios residenciales, de los que es el más puro ejemplo.
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