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Gibraltar amenaza a Londres con prohibir la reparación del 'Tireless' en el Peñón

El ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, mostró ayer su enfado con el Gobierno británico por haber permitido, el pasado viernes, la visita al submarino nuclear Tireless, averiado en el Peñón desde el 19 de mayo, de dos técnicos españoles del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). El Ejecutivo del Peñón publicó un comunicado en el que advierte a Londres de que, si sus expertos en seguridad nuclear consideran necesario acceder al reactor y su petición es denegada, "se opondrá con firmeza a que se lleven a cabo las reparaciones en Gibraltar".

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El portavoz de las fuerzas británicas estacionadas en Gibraltar, el comandante Kevin Carey, respondió de inmediato a la amenaza de Caruana: "No se considera necesario bajo ninguna circunstancia la entrada al compartimento del reactor para hacer una evaluación de seguridad".Queda ahora por ver si los cuatro expertos independientes contratados por el Gobierno gibraltareño para disponer de su propia evaluación considerarán necesario acceder al área del reactor para emitir su dictamen.

Si así fuese, de produciría una crisis sin precedentes entre Gibraltar y su metrópoli. El Gobierno británico aceptó no iniciar la reparación del submarino -que empezó el 16 de septiembre, pero que luego quedó interrumpida- hasta que Caruana diese su visto bueno. Éste lo hizo tras recibir un primer informe de sus expertos que aseguraba que no había riesgo de contaminación radiactiva.

Al igual que los dos técnicos españoles del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), que el viernes visitaron la colonia británica, los cuatro expertos a sueldo del Gobierno gibraltareño tuvieron en octubre pasado un acceso limitado al sumergible. Recorrieron la sala de mandos y el área de ocio de la tripulación, pero no la sala de máquinas, donde están los instrumentos con los que se controla al reactor, ni el entorno del reactor en cuyo sistema de refrigeración se ha producido la avería.

En su comunicado, Caruana señala que la "decisión de permitir la visita de los expertos nucleares españoles" otorga el asunto del Tireless una dimensión política, y subraya que la estancia de los miembros del Consejo de Seguridad Nuclear en el Peñón fue organizada de forma "subrepticia", lo que le ha "decepcionado". Caruana se enteró de su presencia por la llamada telefónica de un operario del puerto que vio a los expertos españoles.

El ministro principal de la colonia recuerda en el texto su oposición a cualquier presencia española en torno al sumergible, algo que ya manifiestó en una entrevista a EL PAÍS. Caruana sospecha que el Gobierno español quiere aprovechar esta crisis para impulsar su reivindicación sobre la soberanía de Gibraltar.

Prueba de ello es la carta que el ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, remitió en octubre a su homólogo británico, Robin Cook, en la que le proponía el establecimiento de un mecanismo conjunto hispano-británico para tratar asuntos relacionados con la base militar británica en la Roca.

Caruana teme que la comisión mixta hispano-británica, cuya creación se anunció en la rueda de prensa conjunta de finales de octubre de los jefes de Gobierno español y británico, José María Aznar y Tony Blair, suponga un primer paso hacia la puesta en marcha de la propuesta de Piqué. En teoría, la comisión sólo debe servir para intercambiar información sobre la situación del submarino.

"Gibraltar", concluye el comunicado de su Gobierno, "no está dispuesto a permitir que la presencia del Tireless sea utilizada como un caballo de Troya para hacer avanzar la vieja ambición española de desempeñar un papel en los asuntos" del Peñón.

Para evitar enturbiar sus relaciones con los gibraltareños, el Foreign Office y el Ministerio de Defensa restringieron drásticamente el número de españoles que viajaron el viernes a la colonia. No aceptaron que en la delegación española hubiese funcionarios del Estado y, finalmente, ésta sólo estuvo integrada por los técnicos independientes del CSN.

Pero, además de echar un pulso a Londres, con la amenaza de no autorizar que prosiga la reparación Caruana intenta evitar que los expertos del CSN vuelvan a Gibraltar. Estos se despidieron el viernes de los mandos locales de la Royal Navy diciendoles que no volverían para hacer una visita restringida al sumergible y que querían acceder no ya al área del reactor sino a la sala de máquinas dónde están sus instrumentos de control. Cuando esté concluida la reparación, los técnicos del CSN desean estar presentes mientras se lleven a cabo las pruebas previas a la reactivación del reactor para asegurarse de que no hay ningún escape. Londres se ha comprometido a estudiar esta petición.

Prohibidas las visitas

Con la amenaza esgrimida de no autorizar que prosiga la reparación de la avería, el ministro principal de la colonia, Peter Caruana, intenta evitar que en el futuro los expertos del Consejo de Seguridad Nuclear regresen a Gibraltar.Estos se despidieron el viernes de los mandos locales de la Royal Navy diciendoles que no volverían al Peñón para hacer una visita restringida al sumergible y que querían acceder no ya al área del reactor sino a la sala de máquinas dónde están sus instrumentos de control.

Cuando esté concluida la reparación, los técnicos del CSN desean estar presentes mientras se lleven a cabo las pruebas previas a la reactivación del reactor para asegurarse de que no se produce ningún escape. Londres se ha comprometido a estudiar esta petición.

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