Uno de los detenidos compró al contado un piso en Madrid por 20 millones a nombre de "su madre"
El comando etarra desarticulado en Madrid había elegido pisos del distrito de Centro, donde hay un enorme tránsito de personas, para camuflarse y pasar inadvertido. Dos de las tres viviendas eran alquiladas y estaban situadas a apenas cien metros del Cuartel General del Ejército, que incluso se veía desde la ventana de una de ellas. El tercer piso fue adquirido en agosto por una mujer que dijo ser la madre del inquilino, uno de los miembros del comando. Pagó al contado unos 20 millones de pesetas. Los vecinos de los cuatro detenidos afirman que tenían un aspecto "normal" y que eran "educados".
Agencia inmobiliaria
La almendra central de Madrid fue la zona elegida por los supuestos terroristas para tratar de pasar inadvertidos durante su estancia en la capital. Los tres pisos registrados por la policía estaban situados en dos de los barrios madrileños más céntricos y castizos: Lavapiés y Chueca, en las calle de Caravaca, 12; Augusto Figueroa, 32-34 e Infantas, 32. Muchos de los pisos de estas zonas de Madrid son antiguos, por lo que normalmente su alquiler o venta sale más barata que en el resto de la ciudad.El barrio de Lavapiés, el más multicultural de Madrid, tiene 42.000 habitantes de los cuales un 13% son extranjeros, sobre todo ecuatorianos, marroquíes y dominicanos. Es un barrio empobrecido, con numerosas viviendas pequeñas, antiguas, algunas carentes de servicios básicos (baño y calefacción) y que, por ello, suelen costar poco. También hay edificios rehabilitados, mucho más caros.
"Era muy simpática"
El primero A de la calle de Caravaca, 12, (Lavapiés) que habitaba desde hace apenas dos meses uno de los terroristas detenidos, Asier Urretabizkaia Merino, nacido en Santa Cruz de Tenerife hace 25 años, y que no estaba fichado por la policía. "Lo compró a través de su madre, una señora de aspecto normal, de unos 50 años, que decía estar divorciada", explicó ayer el hombre que le vendió el piso.
La venta del inmueble se realizó a través de una agencia inmobiliaria. El vendedor ofreció el piso, de unos 80 metros cuadrados, en la agencia. La supuesta madre del detenido contactó con el vendedor a través de la agencia y le compró el piso. Lo pagó al contado, unos 20 millones de pesetas. "Dijo que a su hijo le habían destinado a Madrid en el trabajo y que ella le quería comprar el piso", aclaró el vendedor. Otro vecino del inmueble explicó que Urretabizkaia le había dicho que trabajaba en Alcalá de Henares, en el sector de la telefonía móvil. "A veces venía acompañado por una chica, pelirroja, de pelo corto, que decía ser su novia", aseguró.
Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía llevaron a mediodía de ayer a Urretabizkaia a su piso para que estuviera presente durante el registro domiciliario, tal y como exige la ley. La policía vació la vivienda, se llevó unas 17 bolsas de basura llenas de objetos personales y documentación del supuesto terrorista. Luego le sacaron del piso y le metieron en un coche policial camuflado, ante un batallón de cámaras.
Urretabizkaia mide alrededor de 1,70 metros, es de complexión gruesa y ayer llevaba gafas, vestía pantalones de color beige y una sudadera con capucha, que llevaba puesta para esconder su rostro de las cámaras. Fue detenido en la madrugada de ayer, cuando dormía en su vivienda. La policía realizó la detención de los seis etarras de madrugada en una operación relámpago, ejecutada de forma sincronizada en cada una de los pisos.
Mike Shaw, un ex policía británico de los servicios especiales, fue testigo de excepción de otro de los registros: el de la calle de Augusto Figueroa, 32-34. Dormía plácidamente a las cuatro de la madrugada de ayer cuando le despertó un estruendo procedente del rellano de la escalera. Una decena de policías encapuchados reventó la puerta del piso 5, A. Detuvieron a Víctor Goñi Martínez, nacido en 1967 en San Sebastián, y también miembro legal (sin fichar) de ETA. "Dejaron el piso destrozado por dentro", concluyó Shaw.
Los agentes regresaron hacia las 11.00 de la mañana de ayer al piso con el detenido para efectuar el registro. Por unos momentos dejaron a Goñi Martínez de rodillas en el suelo, esposado, con la cabeza cubierta por un pasamontañas, en la puerta de la vivienda.
El piso estaba alquilado a nombre de una mujer desde hacía un año. La inquilina había dado una nómina y un carné de identidad falsos para arrendar la vivienda. Pagaba, según el administrador de la finca, 120.000 pesetas al mes de renta. El edificio consta de unos 200 pisos en régimen de alquiler. El tránsito de inquilinos es constante y la mayoría de ellos sólo se conoce de verse en la escalera, según comentaron ayer. Se encuentra a apenas cien metros del Cuartel General del Ejército, que se ve desde una de las ventanas del piso.
Las otras dos supuestas etarras detenidas son las liberadas (a sueldo de la banda), Ainara Esteran Cruz (Barakaldo, 1976) y Nerea Garro Pérez (San Sebastián, 1974) compartían una habitación de alquiler en una vivienda de unos 200 metros cuadrados de la calle de Infantas, 32. Se hacían pasar por estudiantes y le habían alquilado la habitación a un joven modelo llamado Jorge que, a su vez, tenía el piso alquilado. Otras tres personas compartían vivienda con las etarras. Ayer rehusaron hacer declaraciones. El propietario de una tienda de ropa situada bajo la vivienda explicó que una de las detenidas era "muy simpática, rubia y guapa". Las calles de Augusto Figueroa y de Infantas están en Chueca, una zona conocida como el pequeño San Francisco madrileño, por la cantidad de homosexuales que se han ido a vivir a la zona, y que han abierto tiendas y bares.
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