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Florida, Pensilvania y Wisconsin deciden hoy quién será el nuevo inquilino de la Casa Blanca

La de hoy será la noche electoral más larga en cuatro décadas en EE UU. Nadie cantará victoria hasta que haya terminado de votar todo el país, a las cinco de la madrugada del miércoles, hora española, y aun entonces es posible que haya que contar hasta la última papeleta. El desempate entre Al Gore y George Bush puede proceder de la decisión de tres Estados que anoche seguían en la balanza: Florida (25 votos en el Colegio Electoral), Pensilvania (23) y Wisconsin (11). Y cabe la posibilidad de que, aunque obtenga una corta mayoría del voto popular, Bush no sea el futuro presidente si pierde en esos Estados.

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Los candidatos a la presidencia hicieron ayer dramáticos llamamientos a la participación electoral. Se prevé que hoy sólo acudirán a las urnas unos cien millones de norteamericanos, apenas la mitad de los que tienen edad de votar. Y eso que esta batalla es la más impredecible desde la que enfrentó en 1960 a John Kennedy y Richard Nixon, además de la más cara de la historia. Según The Washington Post, el coste total de las campañas para la Casa Blanca y el Congreso ha alcanzado este año la cifra de 3.000 millones de dólares (más de medio billón de pesetas).En Iowa, Gore se presentó por última vez como el garante de la prosperidad económica que ha caracterizado los ocho años en que ha sido vicepresidente de Bill Clinton. Y afirmó que un triunfo de Bush "pondría en peligro el equilibrio presupuestario, las pensiones de jubilación y la enseñanza pública". Gore emprendió un maratón de 30 horas consecutivas de campaña por cuatro Estados, reiterando, en su línea populista, que Bush es "el candidato de los más ricos".

Bush se había recuperado del golpe que recibió al descubrirse su detención por conducir bebido hace 24 años. Según un estudio del Pew Research Center, el 88% de sus compatriotas no considera relevante ese suceso y la mayoría del 11% que le concede importancia es votante demócrata.

Incursión en Tennessee

Así que, de nuevo en forma, Bush hizo una incursión en Tennessee, la patria chica de los Gore, donde, a tenor de los sondeos, puede ganar el candidato republicano. El gobernador de Tejas predijo que estos comicios supondrán el final de la era de "cinismo y partidismo" que ha caracterizado la Casa Blanca de Clinton y Gore. Y se presentó como "el candidato que confía en el pueblo" frente a un Gore presentado como un "hombre que practica la vieja política del miedo y sólo cree en el Gobierno".En su último gran mitin, Ralph Nader, el tercero en discordia, aseguró en Washington que Gore y Bush son las dos caras de una misma moneda, la del "dominio de la política norteamericana por las grandes corporaciones empresariales". El defensor de los consumidores y candidato de Los Verdes pidió a la izquierda que no venda su alma aceptando el argumento del "voto útil" esgrimido por Gore. Su objetivo, declaró, es conseguir un 5% del conjunto del voto nacional, lo que permitiría "el nacimiento de una tercera fuerza progresista" que reciba financiación pública para las elecciones.

Los norteamericanos no sólo eligen hoy presidente, sino que renuevan la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado, incluido el escaño neoyorquino por el que compite Hillary Clinton. Además, designarán 11 gobernadores de Estado y representantes locales y se pronunciarán en diversos referendos. El mapa político que emerja marcará el nacimiento del siglo XXI estadounidense. Todo está muy reñido, empezando por la cuestión de quién liderará el país, y en buena medida el planeta, desde la Casa Blanca. La derrota sería toda una tragedia para Gore, el candidato que lleva preparándose para esta ocasión toda su vida. Gore contemplaba ayer con angustia cómo Bush seguía teniendo una ligera ventaja en las intenciones generales de voto, hasta cinco puntos, según los diferentes sondeos. Según el estudio de Reuters, el gobernador de Tejas también estaba por delante en lo decisivo: la elección de compromisarios para el Colegio Electoral.

Será presidente el que consiga hoy 270 de los 538 compromisarios del Colegio Electoral, elegidos Estado por Estado y en base al principio de que el ganador en cada Estado (excepto en Maine y Nebraska) se los lleva todos. Bush, según Reuters, tenía la delantera en 27 Estados, comprendidos Tejas y Tennessee, que representaban 235 compromisarios. Gore, por su parte, aventaja en 13 Estados, comprendidos Nueva York, California y Michigan, más el Distrito de Columbia, con un total de 207.

Seguían en el aire 10 Estados, 3 de ellos con peso en el Colegio Electoral: dos atlánticos, Florida (25 compromisarios) y Pensilvania (23), y uno del Medio Oeste, Wisconsin (11). Si los conquista Gore, la noche electoral empezará a serle muy favorable.

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