La debilidad del consumo 'enfría' ligeramente la economía española
La economía española creció en el tercer trimestre en torno al 4%, dos décimas por debajo de la cifra registrada en el semestre anterior, según los datos dados a conocer ayer por el Banco de España. La moderación en el crecimiento, que acerca cada vez más a España a la media de la UE, se debe sobre todo al frenazo del consumo interno, fruto a su vez de la subida en los tipos de interés y en los precios del petróleo. La demanda interna creció entre julio y septiembre un 4,5%, tres décimas menos que entre enero y junio.
Sector exterior
La economía española, según el informe de coyuntura del Banco de España, pierde gas y empieza a notar las consecuencias del encarecimiento del precio del dinero y del petróleo. Ambos factores han influido, sobre todo, en la renta disponible de las familias, que cuentan con menos dinero por el encarecimiento de las hipotecas y del precio de los carburantes.Las cifras, según el Banco de España, no son preocupantes y de hecho, el instituto emisor se refiere a ese descenso del crecimiento de dos décimas en el tercer trimestre -del 4,2% al 4%- como el fruto de una "modesta desaceleración" de la demanda nacional, ya que la evolución de las exportaciones mantuvo prácticamente los mismos niveles que en la primera mitad del año.
El menor gasto interno se dejó notar tanto en la inversión empresarial como en el consumo familiar, pero es en este apartado donde la caída es más evidente. En cualquier caso, el Banco de España relativiza el descenso y recuerda que el consumo de las familias no ha dejado de crecer a tasas superiores al 4% desde la segunda mitad del año 1997.
Como factores que influyen en la moderación del crecimiento económico, el Banco de España menciona en concreto "el efecto que sobre la renta real tiene el encarecimiento de los productos petrolíferos, la propia incertidumbre inherente a ese proceso y una política monetaria necesariamente cautelosa para hacer frente a la inflación".
En su opinión, esa pérdida de renta real debe ser asumida por los agentes económicos privados y "cualquier intento de evitarlo, mediante subidas en los salarios o en los márgenes de explotación, resultará, a la larga, vano, y revertirá en un menor ritmo de crecimiento del producto y el empleo" advierte. En este sentido, y de cara al próximo ejercicio, propone mejorar la competitividad de los mercados y que las negociaciones salariales se planteen con moderación, tomando como referencia no la tasa de inflación pasada, sino el objetivo a medio plazo. El objetivo de inflación fijado por el Gobierno para 2001 es del 2%.
Al analizar la contribución del sector exterior al crecimiento de la economía, el Banco de España afirma que la desaceleración de las exportaciones procede, básicamente, de la que registraron los ingresos turísticos en la campaña veraniega, pero que se verá compensada por el menor crecimiento de las importaciones, en consonancia con la evolución de la demanda final. El crecimiento del 4% calculado por el Banco de España para el producto interior bruto (PIB) en el tercer trimestre del año se sustenta, desde el punto de la vista de las ramas productivas, en la fortaleza de la construcción, aunque tanto ésta como la industria y los servicios de mercado parecen haber atenuado ligeramente sus ritmo de avance en el tercer trimestre.
El aumento del empleo sigue siendo notable, con lo que el crecimiento de la productividad aparente del trabajo se ha estancado por debajo del 1%.
En cualquier caso, la moderación en el ciclo económico expansivo tiene una consecuencia inmediata: las cifras de crecimiento que se registran en España se acercan cada vez más a las de los países de la UE. El proceso de acercamiento a la media europea viene registrándose desde principios de año.
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