Aparcados

Cuando hace unos años se me averió el motor del coche de mis sueños, un todoterreno de segunda mano, pensé arreglarlo al mes siguiente cuando cobrara. Mi sorpresa fue que a la semana de tenerlo aparcado correctamente en la calle se me presenta un policía en mi domicilio preguntándome si era mío ese coche. Ante mi afirmación me advierte que no puedo estacionar más de dos semanas el coche en la calle, y que sabe por el mecánico que el mío no funciona; me ofrece 100.000 pesetas y me dice que o lo repare o se lo venda. Le comento que por ese precio antes lo regalo, no obstante me apresuro a poner un anuncio ofertando el todoterreno, y viendo que había personas interesadas me decido a malvenderlo.En agosto de este año presento una notificación en la comisaría de Ruzafa, como que en la calle Cádiz hay un vehículo con ventanillas y puertas abiertas que posiblemente haya sido sustraído. Asimismo, otros dos en la calle Centelles, uno también abierto y otro cerrado, que llevan más de un mes sin moverse. Vuelvo de vacaciones en septiembre, y los coches siguen aún en la calzada, con lo que desde luego las multas de tráfico en el barrio van en aumento ya que son tres vehículos que impiden aparcar en la misma manzana. En octubre me notifican por escrito que se dan por enterados, y llega noviembre y los tres vehículos continúan donde estaban. ¿Quizás sus dueños los estén buscando? ¿O es que esas marcas no son del agrado de los policías de este barrio?-Emilia Nácher.