La justicia indonesia ordena la captura del hijo de Suharto

Las autoridades judiciales indonesias han ordenado la búsqueda y captura de Hutomo Mandala Putra, más conocido como Tommy Suharto, el hijo menor del ex dictador indonesio, para que cumpla su condena de 18 meses de prisión por un delito de corrupción. Tras varios intentos frustrados para localizarlo, el fiscal general del Estado, Marzuki Darusman, le declaró oficialmente "huido" y aseguró que su nombre será incluido en la lista de "criminales buscados".Considerado como un símbolo de la corrupción y el nepotismo de la familia del tirano, Tommy Suharto, de 38 años, fue condenado a prisión por apropiarse de cerca de 10 millones de dólares (más de 1.900 millones de pesetas) para una cadena de supermercados.

[El abogado de Tommy, Nudirman Munir, declaró que la orden judicial para encarcelar a su cliente "es ilegal". El letrado indicó que aún no han recibido el comunicado oficial en el que se les deniega el indulto solicitado a la presidencia del país, requisito requerido por la legislación indonesia, según precisó, para que le puedan exigir el cumplimiento de su condena. En cuanto al paradero de su cliente, dijo: "Tommy puede encontrarse fuera de Yakarta en uno de esos fines de semana", informa Efe].

El presidente indonesio, Abderrahman Wahid, le negó el indulto que había solicitado. Una celda de la cárcel de máxima seguridad de Cipinang aguarda su llegada, el lugar donde centenas de presos políticos fueron encerrados durante años por el régimen de su padre.

El Gobierno de Wahid, el primer presidente democráticamente elegido en el país, se encuentra sometido a fuertes presiones externas e internas, que han criticado duramente la timidez de sus reformas políticas y económicas, sobre todo en el combate a la corrupción. Los estudiantes indonesios y algunos grupos de la oposición han reclamado la aceleración de los procesos abiertos contra el dictador y sus ex colaboradores, quienes aún conservan poderosas influencias y privilegios en el país.

El ex dictador indonesio, de 79 años, fue acusado de apropiarse de 570 millones de dólares destinados a organizaciones de beneficiencia, pero eludió la acción de la justicia alegando problemas de salud.