Polígono Sur: la Sevilla humilde y humillada
El barrio obrero construido en los setenta languidece acosado por la marginalidad y abandonado por las Administraciones
El tercer convenio de la vivienda y el suelo, suscrito el mes pasado entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla prevé una inversión pública de 23.429 millones de pesetas hasta 2002. Ese convenio recoge una partida para reparación de viviendas en el Polígono Sur, que son propiedad de la Consejería de Obras Públicas. Los fondos destinados a las 3.000 viviendas, como se conoce popularmente la zona, en la que viven más de 60.000 personas, son 151 millones, a repartir entre 2.900 pisos. La rehabilitación de 731 casas en el casco histórico tiene presupuestada, en ese mismo convenio, 1.267 millones.El de la vivienda es uno de los principales problemas que sufre el barrio, junto con el empleo, la salud, la limpieza, el absentismo escolar, la inseguridad ciudadana, la droga, etc... El abandono en el que las Administraciones Públicas mantienen al barrio es el origen de todos ellos, según denuncian las asociaciones vecinales y colectivos sociales del Polígono Sur. El defensor del pueblo andaluz, José Chamizo, avala sus teorías.
"Las administraciones actúan en el barrio sin especialización, sin programación y, sobre todo, sin coordinación entre ellas", se queja Emilio Calderón, párroco de la iglesia San Pío X y uno de los grandes impulsores del movimiento vecinal.
Calderón es miembro de la plataforma Nosotros también somos Sevilla, integrada por cinco asociaciones de vecinos, las tres parroquias de la zona, la asociación gitana Vilega or gao caló (Viene el pueblo gitano) y la Coordinadora de Educación (padres de alumnos y profesores de los colegios e institutos del barrio).
Manuel Martín, portavoz de la asociación de vecinos Solidaridad, integrada en la plataforma, explica el proceso de degradación del barrio con un sencillo recorrido lógico: "Este es un barrio de trabajadores. El paro de los años 70 y 80 provocó la pobreza de muchas familias. El ambiente empezó a enrarecerse y quien pudo se marchó, después de vender ilegalmente y a bajo precio unas viviendas que no eran suyas, sino del Estado".
Ese mercado ilegal de la vivienda ha provocado que una zona como la barriada Martínez Montañés se convierta en un supermercado de la droga. "Muchos traficantes tienen cuatro y cinco pisos aquí para vender su mercancía, pero ellos viven en otros barrios", explica Rafael Pertegás, presidente de la asociación de vecinos Penibética, que no está integrada en la plataforma vecinal. Pertegas lleva tiempo planteando una solución radical a los problemas del barrio. "Nosotros pedimos que se lleven de aquí a las familias que están metidas en negocios ilegales con la droga y no saben convivir con los demás y las lleven a una zona de casitas bajas, confinadas, hasta que demuestren que pueden convivir en sociedad como los demás", dice Pertegás.
La inseguridad ciudadana, la delincuencia que campa a sus anchas por la zona, es otra de las grandes preocupaciones de los vecinos. Y su queja es la falta de vigilancia policial. "La policía nacional desaparece al anochecer y la local no viene jamás", denuncia Pertegás.
Los niños y jóvenes del Polígono Sur son uno de los colectivos que sufre con más saña la problemática del barrio. Suelen ser las principales víctimas de la desestructuración familiar, sufren la atracción de la delincuencia y su educación se resiente mucho. El absentismo escolar es la manifestación más clara de las consecuencias que provoca la situación social que viven los menores.
Julio Muñoz dirige el Instituto de Enseñanza Secundaria Polígono Sur. Muñoz calcula que el 25% de sus alumnos es absentista. "Ese fenómeno impide el funcionamiento normal de las clases y dificulta la formación de otros alumnos. Es una pena porque quien termina su formación en este instituto suele encontrar empleo, sobre todo en la rama de Formación Profesional. El problema es que el camino es largo y está lleno de dificultades para jóvenes en edad de madurar".
La Coordinadora de Educación planteó a la Consejería de Educación al final del pasado curso un proyecto concreto para luchar contra el absentismo escolar. La coordinadora pidió que se adaptaran los contenidos establecidos por la Logse a las circunstancias de los chicos que no aparecían por clase, que se formara un equipo de trabajadores sociales para atender los problemas familiares de esos jóvenes, y que se organizaran talleres que le dieran a la formación académica una vertiente más activa, más atractiva para niños que no soportan una hora de clase sentados. Aún están esperando respuesta de la Consejería.
El último político que apareció por el Polígono Sur fue Emilio Carrillo, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Sevilla. Carrillo coincide en el análisis que los vecinos hacen de la actuación de las administraciones en el barrio. Cree que se han hecho y se están haciendo muchas cosas, que se está invirtiendo mucho dinero, pero que no se hace de forma coordinada entre los diferentes departamentos de Junta, Ayuntamiento y Diputación.
Su propósito es conseguir que a comienzos de 2001 se organice una única oficina pública que reúna a todo aquel que tenga responsabilidad en la zona y que tome decisiones de forma coordinada y unitaria. Carrillo sabe que le será difícil convencer a los vecinos del barrio de que ese modelo conseguirá solucionar sus problemas.
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