EE UU castigará con cárcel a los fabricantes de neumáticos defectuosos
Fabricar o vender un neumático defectuoso en Estados Unidos se castigará con hasta 15 años de cárcel. Una ley firmada ayer por el presidente Bill Clinton intenta que no se repita un escándalo como el de Firestone, uno de cuyos productos ha causado ya más de 100 muertes en las carreteras estadounidenses, y ha ocasionado enormes problemas a la compañía y a Ford, que utilizaba sus ruedas en algunos de sus vehículos. "La ley cubre el vacío legal detectado en la investigación sobre Firestone", dijo Clinton.
Desencanto
La compañía supo mucho antes que las autoridades federales que algunos de sus neumáticos tendían a reventar a altas velocidades, causando accidentes, pero guardó el secreto. En agosto, presionados por una investigación parlamentaria y por numerosas querellas de particulares, los directivos de Firestone anunciaron la sustitución gratuita de 6,5 millones de neumáticos, una operación masiva que aún no ha concluído.La ley afecta a toda la industria automovilística. Su aspecto más llamativo es el que regula la información, en respuesta directa al caso Firestone: los directivos de empresas dedicadas a la fabricación de automóviles o de cualquier componente que tengan sospechas sobre la seguridad de sus productos, y no las comuniquen de forma inmediata (menos de cinco días) a las autoridades, se enfrentarán a penas de hasta 15 años de cárcel y a multas de hasta 15 millones de dólares (unos 3.000 millones de pesetas). El apartado llamado "de información y transparencia" entra en vigor de forma inmediata.
Pero la ley introduce muchas otras novedades, escalonadas en el tiempo: endurece las especificaciones técnicas requeridas a los neumáticos, cuya última regulación databa de 30 años atrás; obliga a la Administración a efectuar, a partir de 2002, pruebas sistemáticas sobre la estabilidad de los automóviles para evitar la tendencia al vuelco (detectada especialmente en todoterrenos deportivos como el Ford Explorer); e impone a los fabricantes que, a partir de 2003, equipen todos sus vehículos de una señal en el tablero que indique si a los neumáticos les falta presión.
La ley Firestone se ha elaborado en muy poco tiempo. El primer borrador se introdujo el 13 de septiembre y el texto obtuvo la aprobación de la Cámara de Representantes y del Senado en menos de un mes. Pero se ha encontrado con el desencanto de varios grupos de consumidores, que ya hicieron campaña para que se endurecieran las leyes de seguridad tras el escándalo de Firestone y consideran ahora que el resultado final es mucho menos exigente de lo que esperaban. Una de estas asociaciones, Public Citizen, calificó ayer la ley de "defectuosa". "Es como un coche nuevo, brillante y lleno de accesorios, pero con serios problemas en el motor", dijo Joan Claybrook, presidenta de la organización. Claybrook consideró que las penas eran insuficientes y lamentó, sobre todo, que no se obligara a los propios fabricantes a realizar pruebas periódicas y públicas sobre la seguridad de sus productos.El presidente Clinton calificó la ley como "un importante primer paso" para reforzar las leyes de seguridad de los vehículos de motor. "Ayudará a salvar vidas y prevenir posibles accidentes", insistió.
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