Mentiras
No es fácil que un político con tantas tablas como José Asenjo pierda los nervios. Ni tampoco escucharle con la dureza que lo hizo esta semana saliendo al paso de unas desafortunadas declaraciones del ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas. En Málaga, somos muchos los que pensamos que Asenjo se quedó corto. A Matas le traicionaron los nervios, le dieron mal una chuleta con lo que tenía que decir. Quien le asesoró en materia tan sensible como es el saneamiento integral de la Costa del Sol es tan irresponsable que sólo su dimisión podría hacer que las aguas volvieran a su sitio. Esta persona es José Antonio Villegas, presidente de la Confederación Hidrográfica del Sur, que tras su conflictivo paso por la CEM, en las proximidades de Juan Jiménez Aguilar, volvió a Málaga, para desgracia de los malagueños, en un puesto que no sólo le viene grande, sino que incluso sus propios compañeros del PP, a nivel directivo, no saben qué hacer con él.Villegas metió a Jaume Matas en un jardín de espinas, con afirmaciones que no se sostienen, ni por los hechos, ni por los datos; ni por las perspectivas que hay para el saneamiento integral, el Plan Málaga, ni sobre los planes hidráulicos para Málaga y encima se apunta el tanto de inaugurar la presa de Casasola que los socialistas, hace seis años, habían dejado casi terminada y que ahora bendicen a bombo y platillo. El colmo del desacierto es lanzar a la opinión pública la afirmación de que el saneamiento integral de la Costa del Sol es responsabilidad de la Junta, desconociendo que estas obras fueron consideradas de interés general y son responsabilidad del Gobierno.
No extraña, pues, que Asenjo calificara de "mentiroso" al ministro, le dijera que no tenía ni "zorra idea" de Málaga y que es "el colmo del desparpajo y de la desvergüenza que el ministro diga que el saneamiento compete a la Junta". El problema no es el ministro, sin pajolera idea de las necesidades de Málaga, sino de quien le metió en el berenjenal y tiene un nombre: José Antonio Villegas, que tendría que explicar, además, los dineros que se gastó para que Celia Villalobos "reventara" la pasada campaña electoral con el Plan Guadalmedina, con un megaproyecto sin que esté consignada una peseta.
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