El fin de una estructura de poder
Están por terminar los días de Blanca Nélida Colán, fiscal de la nación de Perú y una de las piezas fundamentales de la estructura de poder urdida por el ex jefe de los servicios secretos, Vladimiro Montesinos. La pelota está en la cancha de la Mesa de Diálogo auspiciada por la Organización de Estados Americanos (OEA) y en la que participan representantes de la oposición, sociedad civil y Gobierno peruanos.En la sesión del lunes por la noche (hora local) de la Mesa de Diálogo, el consenso era que la fiscal tenía que cesar en su cargo. Para ello, se debe aprobar que todos los nombramientos realizados con votos de fiscales provisionales -como fue el caso de Colán- deben ser ratificados.
Representantes del Gobierno en la mesa de diálogo no pusieron mayores obstáculos para su cese, sólo pidieron "24 horas de plazo para realizar las consultas preceptivas". Y es que la permanencia de Colán en la Fiscalía de la Nación (cargo que ostenta desde 1992) es el certificado que necesitan Montesinos y sus huestes para dormir tranquilos, pues mientras Colán siga en la cabeza del Ministerio Público, no prosperará ninguna denuncia contra el controvertido ex asesor.
Recientemente, Colán emitió una constancia de que Montesinos no tenía denuncias pendientes, lo que facilitó su regreso a Lima desde tierras panameñas. Asimismo, se debatirán los mecanismos para revisar todos los nombramientos de otras autoridades judiciales en los que no se hubiesen cumplido con los requisitos legales.
Con estos asuntos saldados, se pasará a tratar en la Mesa de Diálogo el asunto netamente electoral, comenzando por la organización de las próximas elecciones generales del 8 de abril de 2001. Trascendió que estudiará la reducción a la mitad el número de firmas necesarias para la inscripción de movimientos políticos y la posibilidad de elecciones por distrito electoral múltiple.
