Interior atribuye el atentado a un 'comando' itinerante apoyado por informadores estables
El Ministerio del Interior está convencido de que el atentado con coche bomba que el lunes acabó con tres vidas en Madrid e hirió a 64 personas fue perpetrado por un comando itinerante que ha recibido datos sobre sus objetivos de un comando de información con el que no tiene contacto alguno por motivos de seguridad. Los terroristas, que prepararon el crimen durante meses, utilizaron 35 kilos de dinamita que accionaron por control remoto mientras veían el coche oficial del magistrado del Tribunal Supremo José Francisco Querol desde una distancia no superior a los 100 metros.
"Cierta infraestructura"
Los investigadores manejan la hipótesis de que los terroristas forman parte de un comando itinerante que se habría desplazado expresamente a Madrid para perpetrar este atentado. Sus componentes serían jóvenes de la nueva hornada etarra, posiblemente acompañados de un veterano de la organización. La información sobre los objetivos habría sido facilitada en Francia por Xabier García Gaztelu, Txapote, actual jefe militar de ETA.Dicha información habría sido recabada, según los mismos medios, por informadores perfectamente asentados en Madrid. Por motivos de seguridad, los informadores no habrían tenido contacto alguno con los terroristas que perpetraron el atentado. Éstos habrían confirmado los datos de que disponían antes del crimen.
Pocas pistas
Los etarras presuntamente están viviendo de alquiler en Madrid, pagan la renta en metálico y religiosamente y cambian de domicilio con cierta frecuencia, tal como hicieron los integrantes del comando Andalucía recientemente desarticulado en su periplo criminal por Sevilla, Granada y Málaga.
Interior cree que ETA dispone de "cierta infraestructura" en Madrid, especialmente garajes en los que oculta los coches que roba y donde monta las bombas. Éstas suelen estar compuestas por ollas o cilindros metálicos en las que se introduce el explosivo, de forma que se pueda dirigir la onda expansiva. Es lo que en los manuales de lucha de guerrillas que datan de la segunda mitad del siglo XX se denominaba cañón cubano.El propio ministro del Interior, Jaime Mayor, aseguraba ayer a la Cadena Cope que "probablemente, los terroristas disponen de un garaje donde cargan de explosivos los vehículos que sustraen" y agregaba que los supuestos integrantes del comando "tienen la capacidad de fabricar su coche bomba".
De hecho, el coche utilizado en el atentado fue robado en agosto en Madrid y supuestamente desde entonces ha estado oculto en una cochera. Los terroristas han vuelto a optar por un Renault 19 para perpetrar el atentado, debido a que han desarrollado un sistema por el que abren y arrancan dicho coche con facilidad y en poco tiempo.
Los expertos de la policía en explosivos (Tedax) han certificado que el artefacto estaba compuesto por 35 kilos de dinamita. Con esa cantidad han provocado el mayor daño en viviendas de la triste historia del terrorismo en Madrid, según técnicos municipales de Urbanismo, ya que la bomba provocó destrozos en 650 viviendas.
Las investigaciones policiales han sido infructuosas por el momento. Las fuentes de la lucha antiterrorista consultadas aseguraron que nadie vio a los etarras, ni observó a persona alguna sospechosa escapando, entre otros motivos porque los terroristas "no corrieron ningún riesgo", ya que con el coche bomba "ni se mojan ni dejan huellas".
El coche bomba fue aparcado en la avenida de Badajoz probablemente el domingo por la noche. Por la mañana, un terrorista supuestamente se situó en la calle de Torrelaguna -en la zona opuesta a la que vivía José Francisco Querol- cuya ligera cuesta le permitía ver los movimientos del vehículo y como llegaba a la altura del coche bomba. Otro etarra estaría cubriendo la huida por si había problemas.
Si esta teoría es cierta, el terrorista que accionó el control remoto pudo no haber visto llegar el autobús. "Y encima ha habido suerte, porque podríamos estar hablando de muchos más muertes", precisaron fuentes policiales, que subrayaron que esa zona era minutos antes del atentado "un hormiguero de niños hacia sus colegios".
Los testigos que tras ver las fotos que le mostró en la calle la policía aseguraron haber visto por la zona al etarra Javier Abaunza no confirmaron posteriormente su testimonio en comisaría cuando se le enseñaron nuevas imágenes.La grabación de la cámara de seguridad de una oficina bancaria situada justo en el lugar del atentado tampoco ha arrojado datos significativos. "No se ve nada porque el campo de visión que tiene es reducido y estaba a bastantes metros de donde estaba el coche bomba", precisaron fuentes policiales. No obstante, también se están visionando las cintas de otras videocámaras de entidades bancarias de la zona.
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