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LA OFENSIVA TERRORISTA

La explosión causó daños por importe de 200 millones

Los daños materiales ocasionados por la explosión del atentado del pasado lunes en Madrid, en el que fallecieron el magistrado José Francisco Querol, su escolta y su conductor, han sido mayores de lo inicialmente estimado. Un centenar de empleados del Ayuntamiento recogieron ayer 25.000 kilos de escombros en la zona del atentado. Los servicios sociales municipales han recibido solicitudes de 700 familias para que sean reparadas sus viviendas. El Consistorio cifra en unos 200 millones el valor de los daños materiales.

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El día después del atentado había un movimiento incesante en el cruce de la calle de Torrelaguna con la avenida de Badajoz, la zona afectada por la explosión. Decenas de trabajadores, entre albañiles, carpinteros, cristaleros y escayolistas, entre otros, se empleaban a fondo en la reparación de los daños ocasionados por la explosión de los 35 kilos de dinamita. El Ayuntamiento elevó ayer de 400 a 700 el número de casas afectadas por la explosión. Un técnico de la Gerencia de Urbanismo, Emilio García Burgos, afirmó ayer que el atentado del lunes fue el de consecuencias "más graves" en cuanto a los destrozos materiales.Los vecinos afectados hacían cola ayer en cada una de las tres casetas prefabricadas que instaló el consistorio, a modo de oficinas móviles, en la zona para recoger las solicitudes de reparación de viviendas. Una decena de asistentes sociales de la Junta Municipal de Ciudad Lineal les atendía. Cada vecino exponía con detalle los daños en sus casas.

A uno de ellos, Mariano García, de 70 años, le llegó el turno a mediodía. Venía en nombre de su hija, "que es soltera, trabaja y no ha podido venir", explicó. El piso de su hija está en la octava planta de uno de los inmuebles más dañados por la onda expansiva del coche bomba, el de la calle de Torrelaguna, 63. "La pobre ha pasado un frío terrible esta noche, porque ha dormido sin ventanas en el cuarto", lamentó. Elena, trabajadora social del consistorio, le preguntó: "¿No le han puesto los plásticos en las ventanas? Pues no se preocupe, que se los vamos a poner hoy mismo", afirmó.

García detalló cada uno de los desperfectos de la vivienda de su hija, y la trabajadora social anotó todo. "¿Y ésto quién lo paga?", preguntó García, preocupado. "El consorcio (entre el Ayuntamiento y el Ministerio del Interior)", respondió la trabajadora. "Bueno, pues ¡gracias! Y buenos días".

Las casetas municipales atenderán a los afectados hasta el jueves (de 8.00 a 22.00). El Ayuntamiento es quien paga y ejecuta las reparaciones en un primer momento para que los vecinos recuperen cuanto antes su vida normal. Luego, le pasará la factura al Ministerio del Interior.

Algunos vecinos no han podido cocinar en sus casas por los desperfectos. Muchos compraron comida hecha.

La normalidad no volverá a la zona hasta dentro de unos tres meses. "Aquí hay muchos metros cuadrados de ventana que poner, muchas puertas que reparar, muchos techos que reconstruir... Hay faena para los próximos tres meses", explicó Manuel Suso, aparejador del departamento municipal de Control de la Edificación.

En la reparación de las viviendas trabajan cuatro empresas de cerrajería, cinco de cristalería, dos de escayolistas y otras dos de carpintería, molduras y cercos de puertas. Los daños que sufren la mayoría de las viviendas son ventanas rotas, puertas desencajadas, techos reventados y persianas arrancadas.

Cuatro personas tuvieron que ser realojadas porque sus viviendas estaban inhabitables: un matrimonio y su hijo, que están instalados en un hotel madrileño, y una mujer minusválida, que ha sido ingresada en un centro de día para la tercera edad.

Una oficina de Cajamadrid seguía ayer cerrada al público, y una decena de niños con problemas sociales que eran atendidos en un centro de atención a la infancia han sido trasladados a otro centro semejante.

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