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JORNADAS - LOS EXPERTOS ANIMAN A PERDER EL MIEDO A LA NUEVA SITUACIÓN

Europa se enfrenta al reto de hacer compatible la globalización con la descentralización

Miquel Alberola

Pueden parecer términos incompatibles, pero en la práctica son reconciliables. La descentralización y la globalización, que constituyen las dos corrientes de presión ambiental sobre la que se está constuyendo la Europa del siglo XXI encajan a la perfección en el fundamento de la diversidad en la unidad, que es la primera piedra de este espacio político común. En ello coincidieron ayer varios de los participantes en las jornadas sobre la Europa Policéntrica, impulsadas por The British Council y la Embajada Británica, que ayer llegaron a su fin y que perfilan su continuidad en el futuro.

El presidente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, Lord Russell-Johnston, se refirió ayer en Valencia, durante el acto de clausura de las jornadas, a la necesidad de que los poderes regionales dispongan de los recursos necesarios para lograr la descentralización por la que ha apostado el propio Consejo de Europa con el objeto de reforzar la unión, aunque reconoció la dificultad de este proceso. "No todos los países se muestran partidarios de impulsarla y sólo puede ser efectiva desde el consenso", afirmó.Mientras que el Reino Unido todavía trata de sentar bases para iniciar este proceso que está impregnando al viejo continente, Alemania y España gozan una situación de privilegio en la descentralización, "cuya clave no es otra que la consecución de un modelo de financiacón regional estable". Así lo definió el secretario de Estado de Administración Territorial Gabriel Elorriaga, quien agradeció que este encuentro de expertos se celebrase en un momento en que España se encuentra en un momento decisivo de debate para la culminación del Estado de las Autonomías.

De hecho, la necesidad de encontrar un modelo de financiación que vaya más allá de las transferencias del Tesoro, sin romper la unidad de mercado ni los principios de solidaridad y suficiencia, centró buena parte de las energías del grupo de expertos indígenas liderados por el diputado europeo Guillermo Martínez Casañ, que analizó el pago de la descentralización, cuyo reto quedó fijado en definir la cesta de impuestos y los tramos que deben ser objetivo de esta capacidad normativa. Esta misma preocupación también planeó sobre el grupo que trabajó sobre el reparto de competencias entre el Gobierno central, las regiones y el derecho comunitario.

El modelo descentralizado cundió como ejemplo de cómo mejorar la eficacia de gobierno, a la vez de suponer un instrumento para reforzar la identidad regional. En ese sentido, el secretario de Estado para Gales, Paul Murphy, alabó el modelo español "por demostrar que la descentralización lleva a un gobierno más eficaz y no al contrario, como defienden los estados centralistas".

El presidente de la Generalitat valenciana, Eduardo Zaplana, quien cerró un encuentro al que deseeó continuidad, afirmó que la globalización y la descentralización "son procesos simultáneos", y señaló que la defensa de un proyecto regional con singularidad histórica es compatible con un proyecto nacional, "como se ha demostrado aquí".

Un jarro de agua al policentrismo

La portavoz del PSOE en materia de medio ambiente, Cristina Narbona, aprovechó ayer el marco de la conferencia sobre la participación en la gobernabilidad de Europa para exponer sus preocupaciones sobre el Plan Hidrológico Nacional (PHN), lo que provocó algunos retorcidos gestos de desaprobación entre los participantes del PP. Narbona explicó que cuando el agua transcurre por más de una comunidad autónoma, la responsabilidad del control del dominio hidráulico corresponde al Gobierno central, por lo que es también su deber diseñar "una política del agua nacional". En ese sentido, la portavoz socialista exigió que se desarrolle una política de control de los regadíos en la Comunidad Valenciana como medida complementaria al PHN, y "que no se siga avanzando en ese abandono de terrenos forestales que son sustituidos por cultivos de regadío". "Para avanzar hacia un PHN sensato, se debería frenar el aumento incontrolado de los regadíos sobre los terrenos forestales", asestó.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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