Rambla atribuye el descenso de inversión en 2001 a la nueva empresa para construcciones escolares

Las inversiones públicas del Consell se han recortado año tras año desde la llegada del PP a la Generalitat Valenciana sobre las previsiones establecidas en los sucesivos presupuestos. Vicente Rambla, consejero de Hacienda desde julio de 1999, introdujo ayer una novedad y un punto de realismo: el presupuesto inicial de inversiones reales de la Generalitat nace recortado respecto al año anterior. El consejero atribuyó el descenso global de inversión a la creación de una nueva empresa que costeará el mapa escolar y que asumirá el grueso de las inversiones que ejecutaba Educación.

Los presupuestos prevén un descenso de poco más de 2.000 millones en la partida de inversiones reales, que supera 133.000 millones. La partida correspondiente en la Consejería de Educación baja 9.500 millones. En 2000 rondaba los 26.000 millones y en 2001 apenas supera los 16.300.Rambla entregó ayer en las Cortes el proyecto de presupuestos aprobado hace una semana por el Consell y explicó que la aparente bajada responde a la creación de Construcciones e Infraestructuras Educativas de la Generalitat, SA (CIEGSA), una empresa pública creada a finales del verano pasado que asumirá la ejecución de todos los centros educativos pendientes para completar el mapa escolar previsto por la LOGSE en el plazo de "tres o cuatro años".

La dotación habitual para la construcción de colegios públicos ronda los 10.000 millones anuales, explicó Rambla, pero en una alarde de "ambición", el Consell ha optado por ceder a CIEGSA la culminación del mapa escolar y la inversión en un plazo más corto de "más de 100.000 millones". Un coste que "el presupuesto no puede asumir en tres años, pero sí amortizarlo en varios", según el responsable de Hacienda.

Pero sus previsiones resultan algo optimistas. Completar el mapa escolar, según las estimaciones de la propia Consejería de Educación, puede costar cerca de 150.000 millones. Sin embargo, la institución de CIEGSA constituye un cierto alivio para las arcas públicas puesto que las transferencias previstas a la nueva sociedad durante el presente ejercicio se reducen a 2.400 millones para afrontar los "primeros gastos financieros" que pueda generar la sociedad.

Rambla asumió que la nueva sociedad recurrirá a "recursos ajenos" para costear las obras, pero eludió cualquier precisión sobre gastos previstos y trasladó a los responsables de Educación todas la previsiones sobre plazos de ejecución de las obras y su financiación.

Sólo reiteró que la Generalitat mantendrá en 100.000 millones de pesetas los avales que concederá el año próximo para cubrir las deudas de las empresas públicas y organismos autónomos durante 2001. Algunas subirán, otras bajarán, dijo Rambla, incluso aventuró que alguna puede producir beneficios.

Rambla subrayó el objetivo de "déficit cero" que imprega el presupuesto y afirmó que no constituye "un capricho técnico", sino que aspira a convertirse en "característica estructural" de las cuentas públicas para garantizar el crecimiento futuro.Aunque invocar el equilibrio presupuestario y afirmar que los gastos no desbordarán los ingresos resultan asertos débiles si la fórmula para evitar el desfase pasa por trasladar costes a empresas públicas.

Pero el margen de maniobra de los responsables de Hacienda es corto. Los gastos de personal, cuyos salarios crecen apenas un 2% de acuerdo con las optimistas previsiones de inflación del Gobierno central; los gastos de funcionamiento habitual; y las transferencias corrientes, que en gran medida corresponden a la nómina de empleados públicos; es decir, la suma de los gastos estructurales de la Administración valenciana, suman cerca del 80% del presupuesto. Una característica que también diluye el "esfuerzo" para contener el gasto público que anunció el consejero hace una semana.

Rambla dijo ayer que el aumento de un 7,5% en los gastos de personal al servicio de la Generalitat pretende "mantener la calidad" de los servicios públicos y cubrir los salarios de las "plantillas" que atienden los centros médicos y escolares construidos durante los últimos años, una partida que solía caer en el olvido en años anteriores.