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El cineasta Günter Knarr denuncia la utilización de la violencia en 'Holgi'

Maribel Marín Yarza

El guionista Günter Knarr quiso que su salto a la dirección no pasara desapercibido y lo ha conseguido con Holgi, una comedia negra que se aleja de los cánones del fantástico europeo actual. El cineasta, que presentó ayer el largometraje dentro de la 11ª Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián, se sirve de un humor sádico propio del cómic y los dibujos animados, para denunciar el error de quienes utilizan la violencia para lograr sus fines.

Günter Knarr ha dejado bien clara en Holgi su pasión por los cómics y ha sabido explotarla. Dice además que sin proponérselo en exceso. Su "subconsciente" ha impregnado el filme de referencias al dibujante americano Tex Avery, y del peculiar humor violento de los dibujos animados.Knarr cede el protagonismo en su primera película a un niño de 11 años. Holgi, inteligente y perverso, vive en una granja con su hermano Max, un gigoló rural reclamado por mujeres maduras. La vida parece sonreirle, hasta que un día, Max se enamora de una joven, que quiere formar parte de su familia. El niño siente amenazada su tranquilidad y decide defender a toda costa su libertad...

La de Knarr no es una propuesta gore. Tiene escenas violentas, pero más propias de un cómic que de una película del género. El cineasta se propuso contar un cuento con su propio mensaje. "Todo relato tienen una moralina, que en Holgi está muy clara: con métodos violentos no se consiguen los fines que se pretenden", dijo ayer. "Este niño acaba por destruir sus sueños, su propia meta. No está capacitado para amar. Vive en una fantasía y no entiende la realidad". Utiliza así visualmente la violencia para hacer una denuncia de la propia violencia en una divertida historia que ha conquistado a los espectadores donostiarras.

En la película también se percibe lo que reconoció ayer: su admiración por Peter Jackson -director de títulos como Criaturas Celestiales o Brain Dead - que ahora prepara la trilogía más esperada del género del próximo año: El señor de los Anillos. Precisamente, Knarr se refirió al cine gore. Le preguntaron por qué impera el machismo en el género, por qué las películas plasman sentimientos o ideas misóginas y él respondió: "No soy especialista en gore. Pero probablemente es porque la mayoría de las películas están hechas por hombres. Entonces, plantean su particular visión de la vida, sus temores, su miedo a lo desconocido del otro sexo".

Holgi se ha convertido en una de las grandes sorpresas del cine oscuro europeo actual. El cineasta no saltó al vacío cuando se propuso hacer su primera película como director. Fue guionista de películas como Magic Müller, Erkan&Stefan o Sexmachines, experiencias que le han permitido escribir este guión junto a Ph. Weinges. Optó por la comedia negra, que se aleja por completo "del estilo típico del humor alemán". Irónico y autocrítico, señaló: "Me alegro de que aquí la gente se haya divertido con la película. Muchas veces, en Alemania la gente no se ríe o se ríe de aquello de lo que no tenía por qué".

Knarr presentó ayer Holgi en la tercera jornada de la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián que hoy acogerá el estreno en España de Audition, del japonés Mike Takashi. La película, narra la historia de un hombre que quedó viudo hace unos años. El protagonista se vale de un casting falso que organiza un amigo suyo -responsable de una productora- para encontrar a una nueva esposa. Se queda totalmente fascinado con una joven, de apariencia frágil, que se convertirá en su obsesión. Pero tras su físico, la mujer esconde un terrible secreto. Audition será uno de los platos fuertes de una jornada en la que también se pasarán los largometrajes Hypnosis, de Masayuki Ochiai y Fausto, de Brian Yuzna.

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