Una organización no tan perfecta

Las elecciones municipales de Kosovo no fueron tan bien organizadas como proclamaron el administrador de la ONU en Kosovo, Bernard Kouchner, y el jefe de la misión de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), Dan Everts.De hecho, a la misma hora en que Kouchner y Everts eran aplaudidos en una rueda de prensa en la que había más observadores de la OSCE que periodistas, miles de personas guardaban cola en la oscuridad y con bajas temperaturas. En algunas localidades se siguió votando hasta medianoche, cuando soldados de la fuerza para Kosovo (Kfor) cerraron las puertas de los colegios en medio de las protestas.

La OSCE se negó a ampliar la jornada de votación al domingo, a pesar de que desde primera hora de la mañana quedó claro que no sería posible asumir la avalancha de votantes debido al complicado y lento sistema impuesto por la misma OSCE.

En otros lugares, las protestas se produjeron por la inexperiencia de los votantes. Así, en la localidad de Obilic (a unos diez kilómetros de Pristina), a las siete menos cinco de la tarde, las filas de votación se quedaron casi sin público. La razón era que los albanokosovares volvieron a sus casas para escuchar los noticieros de las siete de la tarde y saber cómo habían sido las elecciones. Cuando, terminadas las noticias, regresaron al colegio electoral para votar se encontraron con las puertas cerradas.