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Una revuelta popular pone en fuga al jefe de la junta militar en Costa de Marfil

El líder socialista Laurent Gbagbo asumió ayer el poder en Costa de Marfil apoyado por la revuelta popular que ha provocado la partida del jefe de la junta militar, general Robert Guei. Decenas de miles de personas -cientos de miles en todo el país, según Gbagbo- salieron a las calles de Abiyán, donde soldados leales a Guei dispararon contra los manifestantes, hiriendo al menos a 20. Gbagbo aseguró que 11 personas murieron en las protestas del martes, después de que Guei disolviera la Comisión Electoral que organizó las elecciones del domingo y que dio la victoria a Gbagbo.

"Rindo mis respetos a aquellos que han muerto", declaró Gbagbo en un mensaje por la radio y televisión estatales dirigido a la nación. El ministro de Información, Henri Cesar Sama, había informado sobre el abandono de la presidencia de Guei, informa Efe. Sama declaró que Gbagbo es el nuevo presidente del país.Los tiroteos y alguna explosión de granada se repitieron en el distrito Plateau de Abiyán, donde está la presidencia, durante la mañana. Los hombres leales a Gbagbo, a los que se sumaron soldados y paramilitares, cantaban celebrando la victoria. Más tarde, la gente salió a bailar por las calles para celebrar la partida del hombre que ha dirigido este país del Oeste de África (tradicionalmente estable) desde su primer golpe, el 24 de diciembre de 1999.

"Queremos que Gbagbo nos dé la libertad", decía Didier, técnico informático de 31 años en paro, a la vez que pedía empleos para los jóvenes. "Guei es un golpista. Él hizo un segundo golpe de Estado". Se refería a su autoproclamación como vencedor de las elecciones, el pasado martes, y a la intervención militar contra la Comisión Electoral Nacional.

Hace una década, Gbagbo, de 55 años, dirigió la lucha que desembocó en una política multipartidista en Costa de Marfil, el mayor productor de cacao del mundo, en 1990. Antes de las elecciones del pasado domingo, había amenazado con protestas populares del estilo de las que han tenido lugar en Belgrado si se le negaba la victoria.

Guei, de 59 años, convocó las elecciones presidenciales y unas legislativas previstas para el 10 de diciembre para devolver al país a la senda constitucional tras su golpe del año pasado. Su decisión de presentarse seguía el camino fijado por otros líderes africanos que han llegado al poder por la fuerza y que luego han buscado legitimidad en las urnas. "Costa de Marfil no puede aceptar este golpe de Estado electoral", dijo Gbagbo. "Quiero rendir tributo a nuestros hermanos en el Ejército, la gendarmería y la policía que han decidido apoyar la causa de la democracia", dijo, anunciando la formación de gobierno en pocas horas.

Anoche se mantenía la confusión sobre el paradero de Guei. Al tiempo que los líderes de la junta militar le abandonaban, fuentes del aeropuerto y del Ejército afirmaron que se había ido en helicóptero, posiblemente hacia Liberia o Benin. La esposa de Guei, Rose, y algunos de sus hijos llegaron ayer a Benin, pero algunas fuentes insistían en la presidencia en que Guei aún estaba esperando su salida en helicóptero. Gendarmes paramilitares combatieron ayer por la tarde contra guardias del depuesto presidente y tomaron la presidencia. En contra de lo esperado, el general Guei no estaba dentro.

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