Infraestructuras eficaces y obras pendientes

Críticas y dudas

La intensidad de las lluvias de los últimos días ha supuesto una dura prueba para las obras ejecutadas durante los últimos años para paliar las inundaciones en una autonomía en la que el 10% de la población vive en zonas de riesgo en cuanto el cielo se irrita. 350.000 valencianos viven en ese 5% de superficie de la Comunidad Valenciana que es anegable. Muchas de ellas han vuelto a pasar miedo ante las fuertes precipitaciones. Otras, gracias a las obras construidas, sólo se han alegrado por las ansiadas lluvias.Para la Consejería de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes (COPUT), "las obras de emergencia ejecutadas en Alicante han funcionado fenomenal". Con una inversión de 16.000 millones, las obras en la capital alicantina y su zona de influencia, tradicionalmente castigadas por las trombas, "están ejecutadas al 95%". Y aunque la consejería reconoce que en esta zona ha llovido menos que otras veces, asegura que las obras han funcionado perfectamente, "a sólo el 10%" de su capacidad de evacuación.

La misma satisfacción muestra con el resto de obras ejecutadas por el Consell en los últimos años, que desde 1996 han supuesto una inversión de 16.000 millones de pesetas. Asegura que ha recibido felicitaciones de los alcaldes de Alborache (por el encauzamiento del barranco de San Jaime, con un gasto de 86 millones), de Montán (el del barranco que cruza el municipio, 34 millones), Ribesalbes (barranco de Sanmartín, 37 millones), Benidorm (encauzamiento de barranco Foietes y Barceló, 82 y 79 millones), Alicante (instalación de un colector de aguas pluviales en el polígono de Pla de Vallonga, 218 millones), Elda y Petrer (mejoras en el cauce del Vinalopó, 193, y acondicionamiento de la rambla dels Molins, 35), Dénia (evacuación de aguas pluviales en Les Bassetes, 122 millones), Gátova (barranco de zona urbana, 70 millones), Orihuela (colector en la calle Mayor, 83 millones) y Pilar de la Horadada (rambla casco urbano, 124).

Pero igual que no llueve a gusto de todos, siempre que hay inundaciones hay críticas. Si los grupos de la oposición reclaman la construcción de todas las obras pendientes, un experto en temas hidráulicos tan acreditado como Antonio Gil Olcina ha cuestionado que las últimas tormentas sirvan para comprobar la eficacia de lo ejecutado en Alicante. En unas declaraciones a Efe explicó que hay que esperar a que caigan aguaceros torrenciales (como el del 30 de septiembre de 1997) intensos y de corta duración (puntas de entre 90 y 330 litros por hora) para ver cómo se portan los colectores.En cuanto a lo que falta por construir, hay casos clamorosos, muchos en manos del Gobierno central. Las precipitaciones caídas desde el sábado han provocado inundaciones en muchos municipios de La Ribera y L'Horta. Las obras planeadas (aprobadas por el Gobierno en 1995, y declaradas de interés general en 1998 ya por el PP) para encauzar los barrancos del Poyo, Torrent, Chiva y Pozalet, con un coste de varios miles de millones, quizá hubieran evitado las inundaciones en Aldaia, Catarroja, Alaquàs, Torrent, Xirivella y Manises. En la misma situación está el barranco del Carraixet, cuya crecida afectó a Moncada, Foios, Alboraia y Alfara del Patriarca, entre otros.

Además, el desbordamiento del Palancia, que puso en peligro a localidades como Canet d'En Berenguer y Sagunto; el del río Cèrvol, que amenazó a Vinarós; el del Segura, que mantuvo en vilo a Orihuela; o el riesgo en la rambla de la Viuda y el río Mijares, que planeó sobre Almassora, Alcora y Moncofa, hacen pensar que todavía queda mucho por hacer a lo largo de la Comunidad.