Alcaldes y empresarios piden otra vez la construcción de un campo de golf en Cazorla

,El descenso en la ocupación hotelera durante el último verano ha sido el detonante para que alcaldes y empresarios del parque natural de Cazorla, Segura y Las Villas, en Jaén, hayan reabierto el debate sobre la instalación de un campo de golf en el interior de este espacio protegido, el de mayor extensión de Andalucía. El proyecto, que años atrás contó con los recelos de Medio Ambiente y de los grupos ecologistas, figura entre las principales demandas planteadas al nuevo presidente de la junta rectora del parque, Luis Parras."Tenemos que quitarnos la venda del desarrollo económico". La frase es del alcalde de Cazorla, el socialista Francisco Navarrete, para quien el campo de golf sería un revulsivo que ayudaría a la desestacionalización del turismo durante todo el año.

Conscientes del impacto que una instalación de este tipo puede tener dentro de un espacio protegido, los promotores de la idea pretenden que las características del campo se ajusten al que se ha promovido en Matalascañas, en el entorno de Doñana. "Sería un campo de golf ecológico, que aprovecharía las aguas residuales recicladas, sin apenas desmontes y donde las calles respetarían la vegetación autóctona del parque", indicó el alcalde de Cazorla, quien afirmó que seguirán las directrices de un grupo de investigadores del grupo de Ecología Aplicada de la Universidad de Córdoba.

Ya hay empresarios que han mostrado su disponibilidad a asumir el proyecto en fincas de su propiedad. José Manuel Ledesma, presidente de la patronal andaluza de hostelería y miembro de la junta rectora del parque de Cazorla, tiene claro que es preciso dotar al parque de nuevas infraestructuras de ocio. "En caso contrario", advirtió, "la gente acabará por no venir cuando se canse de ver sólo animales".

Lo que parece claro es que el proyecto no va a tener un camino de rosas. Tanto el delegado provincial de Medio Ambiente, Arturo Azorit, como Manuel Pajarón, miembro de Ecologistas en Acción y de la junta rectora, han coincidido en señalar que en el interior del espacio protegido existe una presión turística elevada, aunque constatan "desequilibrios" entre las tres comarcas que conforman el parque.

Los alcaldes y los empresarios han pedido también que los 80 kilómetros entre Cazorla y el pantano de El Tranco se integren en la red secundaria de carreteras y sean gestionados por la Consejería de Obras Públicas. Navarrete dice que Medio Ambiente -de quien depende en la actualidad- carece de recursos para asumir los costes.