"Bush ve a los latinos como iguales, como norteamericanos"

Henry Bonilla, congresista desde hace ocho años por el distrito tejano de San Antonio, es uno de los hispanos más relevantes del Partido Republicano. Asegura que tanto los hispanos de EE UU como las relaciones entre Washington y América Latina ganarían mucho con George Bush en la Casa Blanca.Pregunta. Uno de los elementos más llamativos de la campaña de Bush es su intento de competir con Gore por el voto hispano. Es una novedad en las filas republicanas, que en los noventa se caracterizaron por su hostilidad hacia los latinos, especialmente los recién inmigrados. Ahí se hizo tristemente célebre el gobernador republicano de California Pete Wilson.

Respuesta. Esa idea de la hostilidad republicana es un estereotipo creado por el Partido Demócrata. Es cierto que ha habido algún error en nuestro campo. Pero muchos líderes republicanos tienen excelentes relaciones con los hispanos. El senador John McCain obtiene en Arizona la mayoría del voto latino, lo mismo que el senador Pete Domenici en Nuevo México o los hermanos Bush en Tejas y Florida o el alcalde Richard Riordan en Los Ángeles. El Partido Republicano siempre ha sido proinmigrantes. Los enemigos de los inmigrantes son los demócratas, por sus estrechas relaciones con los sindicatos, reacios a la competencia de nueva gente en el mercado laboral.

P. ¿Qué argumento tiene Bush para que le voten los hispanos?

R. Gore ve a los latinos como víctimas y les trata como tales, mientras que Bush los ve como iguales, como norteamericanos. Bush no tiene agendas específicas para los latinos, los negros o las mujeres. Su programa trata a todos como ciudadanos que deben prosperar a partir de una buena enseñanza pública y un clima de libertad. Y eso los latinos lo apreciamos mucho. No queremos tratamiento especial, queremos igualdad.

P. Bush dice que el principal eje de su política exterior será la relación con América Latina. ¿Qué cambiaría respecto a los ocho años de Clinton?

R. Esencialmente, el libre comercio. Apoyado por un Congreso republicano, Bush extendería el libre comercio por todas las Américas. Reconozco que Clinton ha hecho un esfuerzo en este sentido, y de hecho voté a favor de concederle manos libres a la hora de firmar acuerdos comerciales con países como Chile. Pero recuerde que fueron los congresistas demócratas, presionados por los sindicatos, los que le negaron a Clinton esas manos libres. Bush cree en la libre empresa y en el libre comercio y no tiene ninguna atadura sindical. Las relaciones interamericanas ganarán mucho con él en la Casa Blanca.