Albert Salvadó inicia una trilogía sobre el rey Jaume I con la novela histórica 'El punyal del sarraí'
Después de novelar sobre personajes históricos como Keops, Atila y Constantino, el escritor Albert Salvadó (Andorra la Vella, 1951) se ha atrevido con el rey Jaume I, del que considera que se sabe muy poco y al que se ha propuesto hacer justicia con la trilogía que lleva por nombre Jaume I el Conqueridor: "Quería restituirle en su dimensión original. Pienso que es un personaje del que se desconoce mucho y me he propuesto paliar esta desgracia", afirma. Salvadó se ha puesto manos a la obra y ha dado forma a una trilogía que aparecerá en catalán en Columna y en castellano en Maeva.La primera parte de la trilogía es El punyal del sarraí, y se ha puesto a la venta esta semana. En ella Salvadó novela la infancia del rey, sus años de aprendizaje en el castillo de Monzón, al que llegó con seis años, una época que muchos jóvenes catalanes pudieron evocar a través de las aventuras descritas por Joan Blasco Casanovas en Els dos vailets del castell de Montsó: "De esos años se ha hablado muy poco. Sabemos que se educó ahí de los seis a los 10 años, pero ¿cómo?", se pregunta. Para reflejar ese aprendizaje, el autor se ha inventado un personaje, Lluís de Estemariu, un caballero templario que introduce al rey en el arte de montar a caballo y a batirse con la espada, a mantener la palabra dada y a mantenerse frío ante las adversidades.
Hombre metódico -él mismo se encarga de recordar que es ingeniero industrial-, Salvadó tenía prevista una fecha mucho más avanzada para la preparación de la obra sobre Jaume I, dentro de dos años. Pero el azar quiso que la editorial Columna, que confía en obtener un éxito de ventas con la trilogía, le propusiera acometer el trabajo antes de lo previsto. De esta manera, explica, ha tenido que cambiar su plan de trabajo.
El Jaume I que presenta Salvadó -que asegura que se ha basado, entre otras fuentes, en el Llibre dels feyts y la obra del historiador Ferran Soldevila- es un hombre básicamente fuerte, impaciente y, a juicio de Salvadó, lo que le hace especialmente interesante es que, a pesar de nacer hijo de rey, no estuviera predestinado a reinar: "En la cuna intentaron asesinarle, quedó huérfano y creció en entornos masculinos, falto de afecto, le hicieron prisionero a los tres años... Fue un poco desgraciado pero, curiosamente, llegó muy arriba a base de carácter y por sus aptitudes", explica. Y continúa: "La de Jaume I es nuestra imagen reflejada en la figura de un rey. Nacemos y tenemos que luchar, como él hizo".
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