Pistolas a mil atmósferas
Los buzos rusos y noruegos lograron ayer abrir una pequeña "ventana tecnológica" de 10 centímetros en el casco interior grueso del Kursk y tomar pruebas del agua que hay en el submarino nuclear. Los resultados muestran que no hay huellas de combustible ni de incendio en el interior de la octava cámara, donde se cortó la ventanilla.Los buzos comenzarán a abrir las ventanas de un metro por 70 centímetros para entrar en el submarino sólo después de que saquen totalmente la armadura que hay entre el casco exterior delgado y el interior grueso. Para cortar el metal utilizan pistolas de agua a mil atmósferas de presión. El equipo de buzos está compuesto por 12 rusos y 6 noruegos. El descenso desde la plataforma noruega Regalia se realiza por dos rusos y un noruego en una campana especial.
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