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Equilibrios inestables

Los Presupuestos de 2001 ignoran algunos gastos y camuflan otros para presentar unas cuentas saneadas

Al Gobierno le ha quedado este año un Presupuesto perfectamente cuadrado. Déficit cero para las Administraciones públicas (Estado, Seguridad Social, comunidades autónomas y ayuntamientos), un logro nunca antes conseguido. A ese objetivo se ha supeditado todo lo demás, incluso cierto rigor en el manejo de las cifras.En general, los expertos valoran de forma positiva que el sector público gaste lo mismo que ingresa. Pero si esto se logra a martillazos, las costuras acabarán por reventar. A continuación, algunos de los aspectos más dudosos:

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- ¿Dónde está el objetivo de inflación? Ha desaparecido. Ésta es la principal singularidad de los Presupuestos de 2001. El Gobierno ha decidido no poner negro sobre blanco ni su previsión de este año ni su objetivo para el próximo. De palabra se ha fijado en el 2%, pero con un grado de credibilidad muy bajo. Otro de los aspectos que llaman la atención es un deflactor del PIB (índice de precios en media anual de todas las actividades económicas) que el Gobierno ha fijado en el 2,3% para el año próximo y que los analistas consideran muy bajo y poco coherente con el resto del cuadro macroeconómico. Las consecuencias de esa cifra se miden en pesetas contantes y sonantes. Con el deflactor del PIB más bajo, el crecimiento económico nominal también lo es y los pagos que la Administración central hace a las comunidades autónomas para financiar la sanidad y por participación en el IRPF se reducen.

- ¿Dónde está la compensación a los pensionistas por la desviación de la inflación? En parte, tampoco está. Esa compensación se producirá al resultar la inflación del próximo mes de noviembre superior al objetivo de inflación de este año (2%). Hasta septiembre, la inflación se ha situado en el 3,7% sobre un año antes y lo más probable es que esta cifra no se reduzca. En el caso de que la desviación respecto del objetivo inicial sea de 1,7 puntos la compensación ascenderá a unos 260.000 millones de pesetas, se pagará en enero próximo y se cargará al Presupuesto de 2001. En un alarde de optimismo, el Gobierno sólo ha provisionado una cantidad igual a la del año anterior. Es decir, supone que la desviación será la mitad (0,9 puntos) de la que se producirá muy probablemente. Fuentes de Hacienda aseguran que el cálculo para el gasto total en pensiones se ha basado en estimaciones "generosas" sobre las tasas de susitución e incorporación de nuevos pensionistas. Es decir, que si la compensación por la inflación es mayor de la presupuestada se podría enjugar con ese margen. Tampoco se descarta que parte se cargue a los Presupuestos de 2000 que no están encorsetados por el objetivo del déficit cero y su ejecución se desarrolla con cierta holgura contable.

- ¿Dónde están los acuerdos con los sectores afectados por la subida del gasóleo? El Ministerio de Hacienda asegura que están "encajados" en el presupuesto de ingresos. Los 120.000 millones en que se han valorado las ayudas fiscales a transportistas y agricultores para frenar la ola de protestas contra la subida del precio del gasóleo fueron, sin embargo, pactados después de la elaboración de los Presupuestos.

- ¿De dónde salen las billonarias inversiones públicas previstas? Éste es el principal ejemplo de cómo se maneja la contabilidad creativa. En la documentación oficial, se asegura que el gasto en inversión pública se elevará un 19,7% sobre el año anterior, medio billón de pesetas más. Esa cifra debería ser muy similar en el Presupuesto consolidado (Estado Seguridad Social y otros organismos de la administración central) pero aquí el crecimiento se reduce al 7,6% y la cifra de aumento, a 176.000 millones. El resto se incluye en el capítulo de activos financieros, lo que significa que la inversión se paga en parte con préstamos a otros organismos, como el GIF (Gestor de Infraestructuras Ferroviarias) que a su vez se endeudan en el mercado para obtener más fondos. La ventaja es que es un dinero que se gasta pero no se contabiliza como déficit; es decir, no estropea ese cero en el saldo de las cuentas públicas que se quiere conseguir. Además, para 2001 se ha decidido revitalizar el denominado sistema alemán o pago a la entrega de la obra, lo que significar diferir ese gasto a varios años. En conjunto, el capítulo de operaciones financieras crece un 36% (348.000 millones de pesetas) frente a un 5,4% previsto para los gastos no financieros, que son los que computan en el déficit. Al final todas esas operaciones de ingeniería contable hay que pagarlas, lo que explica que pese a que el déficit del Estado se sitúa en 241.000 millones -compensado con el superávit de la Seguridad Social- las emisiones de deuda netas (apelación adicional a los mercados) asciendan a 972.000 millones de pesetas.

- ¿Dónde está la deuda de RTVE? Desapareció de las cuentas del Estado en 1996 y ahora inicia el camino de vuelta con un volumen que roza los 800.000 millones de pesetas. El Gobierno no lo reconoce en los Presupuestos de 2001. Sus costes tampoco están contemplados.

- ¿De dónde van a salir los 140.000 millones de la tasa por el uso del espacio radioeléctrico? El Gobierno ha presupuestado unos ingresos de 160.000 millones por esta tasa de los cuales 140.000 millones corresponden a los adjudicatarios de las licencias de telefonía móvil UMTS (telefónica, Airtel, Amena y Xfera). Sin embargo, esos ingresos se pueden ver recortados a la mitad ya que las operadoras no tienen previsto empezar a funcionar hasta agosto próximo.

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