"Hay exposiciones magníficas, impactantes, de destrozos en libros"
Unos 800 archiveros, bibliotecarios y documentalistas de toda España se reúnen desde el jueves en Bilbao en sus jornadas bienales. Amalia Buzón (Sevilla, 1969) preside la Federación Española de Sociedades de Archivística, Biblioteconomía y Documentación (FESABID).Pregunta. Casi todos los responsables de las federaciones y asociaciones autónomicas de la profesión son mujeres. ¿Ésta es aún una profesión femenina?
Respuesta. Efectivamente, aunque no sé por qué. De hecho, el primer colegio que existió en España de temas relacionados con este sector fue el de bibliotecarias, con a, de Cataluña. Nosotras nos quejamos de que seamos casi todas mujeres.
P. ¿Se están incorporando los hombres?
R. Los hombres están acaparando el sector empresarial de la profesión, aunque las mujeres entran cada vez más. Pero la gestión, el servicio cara al público, sigue siendo muy femenino.
P. ¿En qué momento se encuentra el sector?
R. La sociedad de la información y del conocimiento en la que ahora nos movemos le están dando mucha cabida a las empresas, que se empiezan a dar cuenta de la importancia de tener su propio conocimiento tratado, gestionado y fácilmente accesible porque les hace más competitivos. Pero nosotros también nos tenemos que reciclar.
P. Los nuevos perfiles necesarios es uno de los temas a debate en las jornadas.
R. Ahora la mayoría de nosotros nos llamamos profesionales de la información sin importar el soporte con el que trabajamos. La frontera entre archivero, bibliotecario, documentalista está cada vez más difusa, aunque cada uno tenemos nuestras técnicas. Para un archivero, saber leer un documento del siglo XV es fundamental, pero para mí, que trabajo en la biblioteca parlamentaria de Sevilla, no es necesario. Lo importante ahora es darle a la información valor añadido, tratarla para que sea más útil, pero sin manipularla.
P. Es de suponer que existen enormes diferencias entre trabajar en un prestigioso archivo histórico o en la biblioteca de un pueblo.
R. Es radicalmente distinto porque los usuarios son radicalmente distintos y van a pedir cosas diferentes. Aunque todos son igual de importantes, tanto un investigador que viene de Michigan a ver un legajo del Archivo de Indias como un crío de siete años que te pide el número tal de Asterix. Es decir, a los dos hay que cuidarlos con el mismo respeto.
P. ¿Son los destrozos y robos frecuentes?
R. Cada vez más nos vamos dando cuenta de la importancia que tiene cuidar lo que representa nuestra memoria. Es como quien rompe en plena calle una papelera que pagamos todos, falta de civismo. Aunque tú cuentas que cada vez que hagas un inventario habrá pérdidas. Hay exposiciones magníficas, impactantes, de destrozos en libros.
P. Internet ha debido suponer una revolución también para ustedes porque ha puesto toneladas de información al alcance de cualquiera. El problema es que la mayoría carece de brújula para encontrar lo que busca. ¿Lo consideran una oportunidad para el colectivo al que representa?
R. Claro. Ejercer el papel de intermediario entre la máquina y las necesidades de alguien es fundamental. Y a la hora de elaborar una Intranet o una página web, la labor de un gestor de la información se nota rápidamente porque sabe cómo presentar los contenidos que interesan al ususario. Creo que es un campo en el que podemos crecer.
P. ¿Cree que la costumbre, tan arraigada en España de estudiar con apuntes nos ha convertido en unos inútiles a la hora de bucear en archivos y bibliotecas?
R. Era un mal endémico. Habría que llevar a los alumnos desde niños a las bibliotecas públicas, que en España se están poniendo las pilas y no tienen nada que envidiar a las europeas. Hemos avanzado mucho. Las autonomías y el Ministerio de Cultura han hecho un esfuerzo que se nota.
P. Junto al papel empiezan a abundar otros soportes...
R. Con la digitalización, todo va encaminado a hacer más accesible, más transparente la información y de manera más rápida. Las nuevas tecnonologías facilitan las cosas a los usuarios, pero también a nosotros. Ahora podemos acceder a muchas más fuentes y ofrecer más perspectivas.
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