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Francia condena a 7 años a un turista sexual por una violación en Asia

"Paraíso"

Un tribunal de París condenó ayer a siete años de cárcel a Amnon Chemouil, de 48 años, por violar a una niña de 11 años a la que pagó 525 pesetas para que le hiciera una felación, en unas vacaciones en Pataya (Tailandia), en 1994. Es la primera vez que Francia condena a uno de sus ciudadanos por un delito de turismo sexual. Un amigo del violador filmó la escena, y la cinta permitió la detención.El juicio se ha desarrollado durante dos días ante la muchacha, que tiene ahora 18 años y ha declarado como testigo a puerta cerrada. Vivía en Bangkok, con su abuela y una tía, y ésta fue intermediaria para prostituirla. La chica y el acusado se han visto las caras en el tribunal y él ha dicho que, aunque no se trate de la niña de Pataya (hay alguna duda sobre la identidad), él le pide perdón. Chemouil se ha mostrado arrepentido, ha llorado varias veces durante la vista y lo ha reconocido todo sobre sus vacaciones de "mar, sexo y playa", como las describió la fiscal, Evelyne Gosnave-Lesieur, quien pidió 10 años de cárcel para él.

El condenado, empleado de la RATP, la empresa de transportes públicos de París, bien considerado por sus superiores y de quien el examen psiquiátrico no ha permitido descubrir nada de particular relevancia, apareció en el banquillo con el cráneo rasurado. "Yo creía que en Pataya estaba el paraíso", dijo. Lo de probar con una niña no fue idea suya, sino de un amigo suizo, un tal Viktor Michel, al que conoció allí. Michel le puso en bandeja a la tía de la muchacha y el trío fue al hotel. Luego entró la niña. Discusión sobre servicio y precios ("La felación me parecía lo mínimo", dijo Chemouil) y se consumó el delito. El suizo lo filmó y remitió una copia a su amigo a París, "un recuerdo", dice éste.¿Cómo llegó el vídeo a la policía francesa? No está claro. Se habla de cooperación de la policía suiza. Chemouil fue detenido y se le encontró un centenar de cintas pornográficas. Pasó ocho meses en prisión antes de salir en libertad provisional, en espera de juicio. La Unicef -que se ha personado en el proceso- buscó a la muchacha y, finalmente, la chica identificada como protagonista fue presentada en el tribunal.

No se han disipado ciertas dudas sobre su identidad. Parece difícil que una de tantas niñas prostituidas haya podido ser identificada, seis años después. La muchacha lloró y ostensiblemente volvió la espalda al acusado, según han contado los abogados que asistieron a la declaración. Para la fiscal, el visionado de la cinta en cuestión estuvo "en el límite de lo soportable".

El código penal francés es aplicable a todo delito cometido por un francés fuera de sus fronteras, y su utilización práctica quedó reforzada con una ley de 1998, que permite perseguir a los franceses por agresiones sexuales cometidas incluso en países donde esos hechos no son considerados como delitos.

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