Una buena oferta, a pesar de la escasez de espacios escénicos

La programación de danza del Festival de Otoño siempre ha gozado de una buena reputación, que en los últimos años no se perdió con Alicia Moreno, al frente del festival y profundamente conocedora de este género escénico. Goldenberg, el nuevo director, no ha querido renunciar a ese sello de calidad, aunque sí lo ha hecho, en parte, en lo que a la cantidad se refiere. No es casual que él opine que las carencias del festival son endémicas y considera que son las mismas con las que él se encontraba cuando dirigía el Festival Internacional de Teatro de Madrid, hace tres lustros. "La falta de infraestructuras, de espacios escénicos como los que puede haber en otras ciudades, es lo que en Madrid limita mucho las cosas a la hora de programar", dice Goldemberg.No obstante, la oferta en danza sigue siendo exquisita. Acudirán a la muestra un puñado de grupos muy prestigiados internacionalmente. En cuanto a danza contemporánea, el Nederlands Dans Theater II acude con coreografías de Jiri Kylián, Hans van Manen, Ohad Naharin y la dirección de Gerald Tibbs al Teatro de Madrid, prácticamente especializado en los últimos años en espectáculos de danza y donde también acude la compañía DCA Decouflé & Complices Associés, que estrena una coreografía colectiva con imágenes inquietantes bajo el título de Shazam.

El francés Boris Charmatz tendrá una presencia especial dentro de la presente edición, al que acude con varios espectáculos. Por un lado, A bras le corps, que ha coreografiado e interpreta junto a Dimitri Chamblas; Aatt enen tionon, con música de Harvey, y Con Forts Fleuve, con música de Yoshidide.

A destacar también la presencia de la Merce Cunningham Dance Company, que estrenará en España cuatro coreografías del gran maestro estadounidense, y la conocida compañía canadiense La La La Human Steps, que presentará la coreografía de Edouard Lock.

La compañía de Danza Flamenca Carmen Cortés llegará al teatro Albéniz con un estreno, Soleá, un son eterno, basado en este palo, al que la bailaora le concede el privilegio de ser el mejor para comprender el flamenco.