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Reportaje:

La mayoría de las comunidades recomiendan que los alumnos no salgan del instituto en el recreo

Madrid ha decidido obligar a los centros a cerrar sus puertas en los periodos de descanso

La Comunidad de Madrid ha prohibido este curso que los estudiantes salgan de los institutos en el recreo, una medida que ha desatado la polémica sobre la conveniencia de que haya menores de edad en la calle durante la jornada escolar. El reglamento estatal de centros de secundaria no incluye una norma específica sobre el tema. La mayor parte de las comunidades aconsejan a los directores de los centros que no dejen salir a los alumnos de ESO, pero les deja decidir sobre las ausencias de los alumnos de bachillerato. La responsabilidad suele recaer en las normas internas de cada instituto.

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Con el permiso de los padres

Mientras en Galicia hay una orden de 1997 que prohíbe expresamente que los estudiantes de educación secundaria obligatoria (ESO) -no así los de bachillerato y FP- salgan del recinto escolar durante el recreo, en las comunidades de Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha y Andalucía se otorga potestad a los institutos para decidir si abren o no las puertas del recinto a sus alumnos en los periodos de descanso.Otros territorios autónomos, como Baleares, Castilla y León, Navarra o Murcia, desaconsejan (sin el apoyo de un reglamento específico) las salidas de los estudiantes de ESO y supeditan a lo que decidan los centros los paseos fuera del recinto escolar de los alumnos de bachillerato y FP. En Cataluña se precisa aún más, ya que sólo se impide la salida en los recreos de los alumnos de primer ciclo de ESO. Este periódico intentó el viernes infructuosamente conseguir los datos de las consejerías de Educación de Aragón, Extremadura, Canarias, País Vasco, La Rioja y Valencia.

Madrid, donde se ha desatado la polémica, interpreta que "los descansos forman parte del horario de los alumnos y de la jornada escolar", y por ello ha prohibido las salidas en los recreos de todos los estudiantes, incluidos los de bachillerato y FP. La medida ha provocado las protestas de los alumnos, y el Sindicato de Estudiantes ha amenazado con ir a la huelga si no se limita la prohibición a los menores de 14 años.

La Consejería de Educación madrileña ya ha anunciado que desarrollará una norma en la que permitirá las salidas de los alumnos a partir de cierta edad (sin especificar si será a partir de los 14 o de los 16 años).

El inconveniente de autorizar las salidas según la edad de los alumnos, y no según los niveles educativos, es que en una misma clase unos estudiantes podrían ausentarse del instituto en los recreos y otros no, complicando el trabajo de los profesores y de los vigilantes de los patios. Este mismo problema se reproduce en la solución propuesta por el Defensor del Pueblo, quien se ha definido por limitar las ausencias en los recreos a los mayores de edad y condicionar las salidas de los menores de 18 años a la autorización firmada de sus padres.

La solución recientemente adoptada por la Comunidad de Madrid sirve para evitar que salgan a la calle sin vigilancia los alumnos de primer ciclo de ESO (de 12 a 14 años), quienes, con la aplicación de la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE), se han incorporado progresivamente a los institutos y conviven con alumnos mayores que ellos.

La medida aplicada en Madrid evita en muchos padres el temor a que sus hijos se vean envueltos en peleas, sufran un atropello o sean tentados por vendedores de droga. En Andalucía, a pesar de que no existe ninguna instrucción al respecto de la Consejería de Educación, son mayoría los institutos que cierran voluntariamente sus puertas en los recreos. En esta comunidad se redactó un informe jurídico, a petición de los padres, en el que se recuerda a los titulares de los centros que la ley les hace responsables de lo que les ocurra a los alumnos durante la jornada escolar.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que si se cierran las puertas de los centros durante los recreos, al mismo tiempo que a los alumnos más pequeños, se impide la salida a los alumnos de bachillerato y FP (de 16 a 18 años), en muchos casos acostumbrados ya a tomar un bocadillo o fumar un cigarro fuera del instituto en los ratos de descanso, un privilegio al que no quieren renunciar. Por otro lado, limitar las salidas implica un refuerzo de la atención a los alumnos en los periodos de descanso, lo que en Cataluña se ha buscado lograr mediante la generalización de la doble tutoría.

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