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Mike Scott resucita al grupo The Waterboys El músico edita 'A rock in the weary land'

Diego A. Manrique

Mike Scott (Edimburgo, 1958), uno de los creadores más admirados de los años ochenta, ha vuelto a poner en circulación su proyecto más celebrado, The Waterboys: "Hay como una energía mayor cuando recupero ese nombre, es más inspirador que cuando grabo en solitario". Simultáneamente, Scott ha regresado a Londres, tras largas temporadas en Dublín y Nueva York.

"Sentía necesidad de renovar mi sonido", aclara, "y Londres tiene una buena reserva de músicos. Había aceptado promocionar la última antología de los Waterboys y me oprimía pensar que vivo del pasado". Sin contrato discográfico, invirtió sus ahorros en la producción de A rock in the weary land: "Lo último que necesitaba era a un joven ejecutivo dándome sugerencias, preguntando dónde estaba el nuevo The whole of the moon. Fui con el master acabado a varias compañías, con un mensaje muy sencillo: 'Lo tomas tal como está o lo dejas pasar". Lo tomó la compañía RCA, aunque en España lo distribuye Ariola, "donde resultó que tenía varios admiradores".Aparte de algunas programaciones digitales y un coro gospel, el sonido de A rock in the weary land encaja perfectamente en lo que se espera de los Waterboys: empuje, solemnidad, la música de grandes espacios abiertos. "No puedo evitarlo", explica, "oigo la música de éxito en la radio y me parece tan diminuta, tan pobre de espíritu que me pregunto quién puede consagrar su energía a algo tan patético. Mis modelos siempre han sido visionarios, hechiceros como Van Morrison, Patti Smith, el primer Bruce Springsteen".

Scott no se siente implicado en las batallas de músicos y discográficas en Internet: "¡Eso sí que es el Salvaje Oeste! No tengo mucha simpatía por la actitud de las compañías, pero tampoco me fio nada de las supuestas puras intenciones de los que defienden una red libre. De vez en cuando, tecleo mi nombre y me pongo a navegar. Encuentro información errónea sobre mí, me han confundido con otros músicos que llevan el apellido Scott. Les mando un correo explicando la equivocación y, meses más tarde, allí siguen las equivocaciones. Puede que aspire a ser la Biblioteca Universal, pero resulta que no es fiable".

Quiere recuperar el contacto directo con sus seguidores y próximamente se le verá por los escenarios españoles: "Los conciertos en España siempre han sido emotivos. Excepto una vez que actué como parte del festival Womad. Creo que era en la plaza de toros de Pamplona y... lo siento por Hemingway, allí yo sólo olía a muerte".

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