Guardianes del medio

Un grupo de amantes de la naturaleza, sin apenas recursos, está consiguiendo aumentar los espacios ecológicamente valiosos de la Comunidad. La Unión Europea la señalado la necesidad de proteger el 20% de la superfice autonómica. Sin embargo, la Generalitat únicamente ha ofrecido un tratamiento especial al 3,1% del territorio, según un informe de la asociación Gecen. Esta entidad ha creado ya 22 reservas biológicas en los hábitats valencianos más importantes -mediante compra, arrendamiento o convenios con los propietarios del suelo-, una iniciativa por la que ha recibido un accésit del Premio Joven y Brillante de Ecología, promovido por la revista Natura y la United Distillers and Vintners España.La actuación de Gecen responde a un intento de contrarrestar "la ralentización en los últimos años de la política de protección de nuevas zonas" ejercida por la Administración que, a su juicio demuestra "la disminución de la lista de espacios naturales valencianos propuestos para su inclusión en la Red Natura 2000 de la UE, la reducción del Catálogo Valenciano de Zonas Húmedas de la Comunidad Valenciana de 80 a sólo 32 y la desprotección de los espacios naturales de la pequeña extensión a pesar de sus valores". La red de reservas biológicas creada por la agrupación ecologista se extiende, principalmente, por las comarcas de Castellón, donde el Consell había protegido, hasta hace muy poco, menos de 3.000 hectáreas, localizadas en sólo tres zonas (2.000 en el Desierto de las Palmas, 813 en el Prat de Cabanes y 19 en las Islas Columbretes). La reciente inclusión de las 30.000 hectáreas de la Sierra de Espadán, el mayor parque natural de la Comunidad, ha permitido engordar el porcentaje de territorio protegido en la provincia más septentrional.

La actuación de Gecen ha posibilitado la protección de espacios naturales en seis términos municipales. Actualmente se contabilizan ocho reservas en El Toro, siete en Fuente La Reina, dos en Montán, dos en La Llosa, dos en Cabanes y una en La Vall de Almonacid. La protección afecta a flora y fauna muy diversa, mucha de ella autóctona. Entre los vegetales más beneficiados se hallan pinos, encinas, matorrales mediterráneos, sabinas albares y rastreras, enebros, quejigos valencianos, uvas de oso, chopos, almendros, cerezos, avellanos, carrascas, olivos, algarrobos e higueras.

Mamíferos, aves, reptiles y anfibios son las clases de animales que actualmente viven protegidas en hábitats gracias a la intervención. El proyecto ha multiplicado las colonias de jabalíes, tejones, conejos, liebres, gatos monteses, garduñas, ginetas, ardillas comunes, comadrejas, lirones caretos, águilas reales, águilas culebreras, aves insectívoras, alcaravanes, cernícalos, mochuelos, gavilanes, azores, perdices, codornices, pájaros carpinteros, garzas imperiales, aguiluchos laguneros, calamones, garcillas cangrejeras, avetorillos comunes...

La actuación supone, en algunos casos, la regeneración absoluta del entorno. En la reserva La Pinosa, ubicada en la Sierra de Espina (término de Fuente la Reina), el objetivo principal es la reforestación y recuperación del hábitat destruido por un incendio que asoló la zona en 1994. La iniciativa también implica la rehabilitación de masías con aljibes y pozos tradicionales.

El trabajo de Gecen ha sido reconocido por un grupo de destacados expertos en medio ambiente y responsables políticos, del que formaban parte, entre otros, Joaquín Araujo y Martí Boada, ambos galardonados con el Premio Global 500 de Medio Ambiente de las Naciones Unidas; Joaquín Fernández, Premio Nacional de Medio Ambiente; César Nombela, presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y Ramón Tamames, catedrático de Estructura Económica de la Universidad Complutense de Madrid y titular de una Cátedra Joan Monet de la Unión Europea.