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The Smashing Pumpkins se despiden de España en San Sebastián

Sobredosis

The Smashing Pumpkins han decidido poner fin a su carrera tras 12 años entregados al rock. En ese tiempo, la de Billy Corgan se ha erigido en una de las bandas más populares, vendedoras y personales que han animado el rock en los años noventa, pero esto no parece que vaya a evitar la anunciada disolución del cuarteto norteamericano. De hecho, el Sacred And Profane Tour que le mantiene actualmente ocupado es su gira de despedida y su periplo español culmina hoy (22.00; 4.000 pesetas) en el velódromo Anoeta de San Sebastián.Como queriendo dejar bien claro desde los primeros compases que los flirteos con la electrónica de su anterior entrega, Adore, han pasado a mejor vida, Machina / The machines of God, el disco que presentan hoy en Anoeta, se abre con un riff de guitarra sobrio, rockero y desnudo. Así, se anticipa que vuelven a ser un conjunto diestro a la hora de elaborar una propuesta altamente melódica que tiene en la intensidad eléctrica uno de sus ingredientes principales. Un atractivo contraste entre melodía y tensión rockera que les ha permitido vender más de 20 millones de discos.

La visita de Smashing Pumpkins a San Sebastián se produce poco después de que la formación haya tomado la determinación de poner a disposición de sus seguidores, a través de Internet, un séptimo elepé titulado Machina II / The friends and enemies of modern music. En total son 25 los temas inéditos que cualquier internauta puede descargar gratuitamente desde su ordenador. Una iniciativa pionera que ataca directamente a los intereses de la industria discográfica.

De ese modo, el cuarteto protagoniza un adiós acorde a la polémica que habitualmente le ha rodeado, comenzando por la fama de presuntuoso, pretencioso y arrogante de su líder y continuando con capítulos más escabrosos, como la expulsión en 1996 del batería Jimmy Chamberlin. La causa: una juerga, en plena gira, en la que falleció el teclista Johnatan Melvoin y en la que Chamberlin sufrió también una sobredosis de droga. Este desliz le mantuvo alejado de sus compañeros hasta 1999, año en que fue readmitido en el grupo. Así de agitada ha ido una trayectoria que arrancó en 1988 con los primeros ensayos de unos Smashing Pumpkins encarnados por Billy Corgan, el también guitarrista James Iha y la bajista D'Arcy. Entonces, en vez de recurrir a un batería, se servían de una caja de ritmos. En pocos años, el grupo se hizo un hueco en el mercado en plena efervescencia de la música grunge, llegó a despachar 11 millones de ejemplares de su tercera entrega, Mellon collie and the infinite sadness, y, justo cuando sus ventas comenzaron a declinar, empezaron a acumular premios: Grammy, American Music Award, MTV, Billboard Award,... Motivos de alegría para un grupo que porta un cóctel sonoro de reminiscencias nostálgicas.

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