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Reportaje:INCERTIDUMBRE EN LOS MERCADOS

Los inversores recelan de Internet

Los últimos altibajos en Bolsa fuerzan a las empresas de la 'nueva economía' a presentar planes más sólidos

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Se acabaron las empresas de humo. El batacazo del Nasdaq y de los mercados tecnológicos europeos ha redibujado de arriba abajo y en pocas semanas el paisaje de los negocios de Internet.Éste es el nuevo panorama: el capital riesgo ha empezado a cerrarles el grifo; las llamadas incubadoras de nuevos proyectos basados en la red, que metían dinero en ellos, desplazan el peso de su negocio hacia el asesoramiento estratégico; las consultoras especializadas en la nueva economía migran hacia clientes menos vulnerables; y las empresas de Internet se apresuran a recortar costes, a dejar de invertir y a modificar sus planes de expansión para adelantar la fecha mágica en que comenzarán a ganar dinero. La presión aprieta, sobre todo, a las que venden al consumidor final.

La psicosis también ha prendido en España, donde el calado del capital riesgo como instrumento de financiación es incipiente, y la explosión de las empresas de Internet, salvo casos pioneros a contar con cuentagotas, apenas ha cumplido dos años de vida.

"Hoy, el acceso a capital de una startup [empresa que arranca] es casi imposible", sentencia Francisco Gómez, director de Investment Banking, del grupo angloamericano de capital inversión Granville Baird. Y añade: "Si no hay perspectivas de beneficios en un plazo de año o año y medio, ya no interesa entrar en un proyecto".

Conclusión: la inyección de capital riesgo en empresas de la nueva economía será, a final del año, menor de lo previsto. Las inversiones en este tipo de negocios representaron el 25% del total invertido por el capital riesgo en España en 1999 (120.000 millones de pesetas), según datos de la asociación de las principales empresas del sector, la ASCRI. El boom de Internet había elevado las estimaciones de cara al año 2000 a por lo menos un 40%.

"No se mantendrá esta previsión. La inversión tecnológica no superará el 30% del total de capital riesgo invertido en España este año", señala Dominique Barthel, directora de la ASCRI, para quien la caída del Nasdaq, no por "esperada", deja de ser el factor determinante en el giro de los acontecimientos.

El menor aumento del capital destinado a empresas de la nueva economía no es uniforme en todas las firmas. En el caso de la británica 3i, por ejemplo, el 36% de las inversiones en el sector realizadas en 1999 en España (24.000 millones de pesetas) se elevará a final de este año a un 53%.

Sin embargo, Aida Agea, analista de inversiones de 3i, recuerda un matiz clave en el nuevo panorama: la nueva economía es un campo amplio que no sólo abarca las empresas de Internet, sino negocios boyantes como el software, la biotecnología o la fibra óptica.

En este sentido, los expertos apuntan una recomposición de las inversiones dentro del sector, de la que las hasta ahora celebradas punto.com, con sus negocios intangibles y sus previsiones de beneficios en un horizonte de más de cinco años, salen peor paradas. "Los proyectos tienen que ser sólidos de pies a cabeza", subraya Agea, quien confiesa que, hasta el batacazo, "era difícil sustraerse a entrar en un sector cuando la moda arrasadora del mercado era invertir en éste".

El problema de credibilidad de las empresas de Internet también pasa factura a las consultoras que les venden sus servicios. No está claro que les puedan pagar. "No hay pánico, pero para nosotros éste es un momento de desaceleración del negocio", admite Enrique Junbauer, director de la consultora sueca Icon MediaLab en Barcelona, que afronta el problema "migrando el negocio hacia clientes de tecnologías wireless" (dispositivos móviles), el nuevo boom en perspectiva.

"Nosotros, a las punto.com, les cobramos los servicios por adelantado. Nada de pagos virtuales", dice sin atisbo de ironía Manuel Nó, director general de eNetfinger, dedicada a la consultoría y al desarrollo de negocios tecnológicos. Su focalización en empresas tradicionales que quieren adaptarse a la nueva economía le ha ahorrado considerables dolores de cabeza, al no depender sus ingresos de las punto.com, como sí ocurre en la mayor parte de los casos, que pueden condicionar incluso un 40% de su facturación.

"Desde un punto de vista corporativo, los beneficios llegarán ya en el primer cuarto del año 2001. Desde el punto de vista operativo, acabaremos este año ya con beneficios, más de los 60 millones que hemos dicho, porque la demanda del mercado sigue siendo elevada", dice Nó.

Las empresas de Internet otean el nuevo panorama desde una gran contradicción: deben alcanzar su break even (umbral de rentabilidad) antes de lo previsto, lo que implica recortar costes, pero a la vez necesitan crecer deprisa. "Es difícil. Tenemos que ser rentables. Pensamos ir a por un crecimiento agresivo fuera de los países donde estamos [España, Italia, Reino Unido y Francia], pero vimos que era más conveniente licenciar nuestra tecnología y franquiciar el negocio", señala James Hare, director ejecutivo de eDreams. El objetivo del portal de viajes es avanzar un año, al 2001, la entrada en beneficios. En esta clave, en el sector se miran con buenos ojos casos como la reorganización de la empresa de comercio electrónico Equaliy o el reciente anuncio de beneficios (80.000 euros) de la división en España de la empresa de contenidos locales de ocio y entretenimiento en Internet Lanetro.com.

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