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El Gobierno alemán cree que puede ilegalizar al partido 'ultra' NPD

Pilar Bonet

El ministro del Interior de Alemania, Otto Schily, se declaró ayer convencido de que existe material de cargo suficiente para pedir al Tribunal Constitucional que prohíba el Partido Nacional Democrático de Alemania (NPD), la fuerza de extrema derecha que más inquieta al Gobierno federal. Schily, que se reunió ayer con un grupo de trabajo formado por tres de sus colegas regionales, anunció que la decisión definitiva de dirigirse al Constitucional será tomada por una conferencia de los 16 ministros del Interior de los länder (Estados Federados) a principios de noviembre.

Porcentajes insignificantes

Los políticos alemanes están divididos sobre la conveniencia o no de apoyar la solicitud, ya que un fracaso ante el alto tribunal daría nueva fuerza al NPD, que según analistas de la Oficina Federal de Defensa de la Constitución se beneficia de la publicidad de los últimos meses. El NPD, que fue fundado en 1964 y que tiene cerca de 6.000 militantes (3.500 en 1996), organizó en enero una manifestación de medio millar de personas en la Puerta de Brandeburgo. El acontecimiento fue un verdadero golpe bajo para la "nueva Berlín" y el Gobierno alemán quiere evitar a toda costa que se repita.

Schily espera que la solicitud de prohibición del NPD, que deberá ser documentada con un centenar de páginas, tenga el peso de tres instituciones competentes para dirigir tal iniciativa al Constitucional, a saber el Bundestag (Parlamento), el Bundesrat (la Cámara de los länder) y el Gobierno. El ministro del Interior de Baviera, el socialcristiano Günther Beckstein, el primero en proponer la prohibición del NPD, dijo ayer que este partido se ha "hecho más radical y ha empeorado" en lo que va de año. Sin embargo, las opiniones divergen según partidos, instituciones e incluso regiones. Un informe de la Oficina Federal de Defensa de la Constitución, con sede en Colonia (Renania del Norte-Westfalia), señala que el debate sobre la prohibición del NPD ha hecho que este partido sea más conocido y ha provocado "un efecto de compasión" traducible en nuevos militantes. Según el informe, el NPD habla de "más de 700 nuevos solicitantes".

Prohibir un partido político basándose en sus actividades contra el orden básico establecido es un procedimiento complicado en Alemania, que sólo en dos ocasiones ha recurrido a esta medida extrema prevista por el artículo 21 de la ley fundamental. La primera fue en 1952, cuando el Tribunal Constitucional prohibió el Partido Socialista del Reich (Sozialistische Reichspartei) (SRP), y la segunda, en 1956, cuando fue prohibido el Partido Comunista de Alemania (KPD).

El NPD, considerado como un partido heredero del SRP, se diferencia de otros dos partidos de extrema derecha (Los Republicanos y la Unión del Pueblo Alemán) por contar con una organización juvenil de 350 miembros. Además, tiene conexiones con los cabezas rapadas y una estrategia basada en una triple lucha "por las cabezas", "por las calles" y "por el Parlamento". En las urnas, el NPD ha obtenido porcentajes insignificantes (entre el 0% y el 1%) en los últimos años. En Alemania, el contingente de personas potencialmente violentas de extrema derecha era de 9.000 en 1999 (un 10% más que en 1998), según los órganos de vigilancia del orden constitucional. Pese a la campaña del Gobierno, los incidentes de carácter xenófobo, antisemita o racista han continuado incluso durante las fiestas del décimo aniversario de la reunificación.

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Entre los últimos incidentes destacan un atentado contra una sinagoga en la ciudad de Düsseldorf y varios actos de vandalismo en el campo de concentración de Buchenwald y en el cementerio judío en Potsdam. El canciller Schröder acudió a Düsseldorf para comprobar los daños sufridos por la sinagoga, donde nadie resultó herido.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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