La policía desactiva otro artefacto en el coche de un subteniente del Ejército en Sevilla
Los artificieros del Cuerpo Nacional de Policía desactivaron ayer otra bomba -la tercera en 48 horas- dentro del automóvil de un militar destinado en Sevilla. A las 7.45, el subteniente del Ejército Fidel Albalat Bernabé avisó a la policía al descubrir que estaba forzada la cerradura de la puerta delantera derecha de su coche. Poco después, los agentes descubrieron bajo el asiento del conductor una fiambrera con casi un kilo de explosivo en su interior. El tipo de bomba era el mismo que el utilizado en los atentados fallidos contra otros dos militares el pasado fin de semana.
El coche -un Citroën BX gris metalizado matriculado en Sevilla- estaba aparcado en la calle Madre Isabel Moreno, semiesquina con la calle Urbión, en la que reside el subteniente Fidel Albalat. Este suboficial, casado y con dos hijas, trabaja desde 1994 en el acuartelamiento de helicópteros del Copero como secretario del coronel jefe de la base, aunque está destinado en Sevilla desde hace más de 10 años.Tras recibir el aviso del suboficial, la policía acordonó la zona, evacuó a los vecinos de la urbanización Zeus, -los números 1, 3 y 5 de la calle Urbión- y a los de las casas del patronato municipal de la vivienda, situadas entre Madre Isabel Moreno y la avenida Ramón y Cajal. Asimismo, retiraron con grúas los coches aparcados junto al del suboficial.
A las 10.30, los cinco agentes de la unidad de desactivación de explosivos (Tedax) que acudieron al lugar sacaron del vehículo una tartera de plástico azul que estaba debajo del asiento del conductor y la dejaron en la acera de enfrente. A las 11.15 los Tedax lograron desactivar el artefacto, de características muy similares a los hallados el sábado en los coches del brigada veterinario Manuel Velázquez -que descubrió el artefacto tras conducir el coche desde Sevilla hasta Chipiona- y de un teniente de Intendencia que tenía su vehículo aparcado en un recinto militar.
El contenido de la fiambrera era una mezcla de cloratita con dinamita, según las primeras investigaciones. Asimismo, se considera que los artefactos fueron colocados en el interior de los vehículos del brigada veterinario, el teniente de Intendencia y el subteniente Albalat entre el miércoles y el jueves pasados. La calle Carlos Brujes, en la que que residen los dos primeros, y la calle Madre Isabel Moreno están situadas a unos 500 metros de distancia.
Los investigadores piensan que los terroristas que han colocado los artefactos no integran un comando establecido, sino que se desplazaron a Andalucía para estos atentados. Lo que parece evidente es que ETA tiene una buena red de información en Andalucía.
En un primer momento se pensó que los datos sobre las rutinas y los automóviles de los militares podrían provenir de los recopilados por el comando Andalucía, desarticulado en marzo de 1998. Sin embargo, las tesis policiales se inclinan por pensar que estos tres atentados fallidos se han realizado con informaciones recabadas posteriormente. El sistema utilizado -colocar los artefactos en el interior de los automóviles- no es el habitual, pero fuentes policiales han señalado que supone menos riesgos para los terroristas que las tradicionales bombas-lapa, más difíciles de colocar, más visibles y que suelen despegarse por las pinturas que protegen los bajos de los coches.
La policía ha aumentado sus servicios de vigilancia y, a finales de la semana pasada, pidió a jueces y fiscales que tomaran medidas extras de autoprotección. Desde el domingo por la noche se ha puesto en marcha un dispositivo de escoltas para todos los concejales de la corporación sevillana.
