El primer plan de reordenación del sector del taxi se frustra tras tres años de negociaciones
El Ayuntamiento de Bilbao y los taxistas renuncian a la supresión de 100 licencias
Bilbao seguirá contando con casi 800 taxistas en sus calles. El Ayuntamiento y los profesionales han desechado definitivamente el plan de reestructuración del sector, que contemplaba suprimir 100 licencias en cinco años y suponía el primer proyecto de reordenación del taxi en Euskadi. La paralización de la reestructuración se produce tres años después del acuerdo obtenido entre el consistorio y las asociaciones de Bilbao. La culpa ha sido la desunión del sector, puesto que sólo el 58% de los taxistas firmó un crédito bancario para sufragar el plan.
El plan consensuado en noviembre de 1997 entre ambas partes tenía un coste de 1.141 millones de pesetas, que iba a ser asumido íntegramente por los taxistas. Se financiaría con créditos blandos de una entidad bancaria, puesto que la eliminación de las 100 licencias rondaba los 11 millones por permiso. Las aportaciones iban a ser progresivas: 5.000, 24.000, 38.000, 53.000 y 68.000 los cinco primeros años y, a partir de entonces, superarían las 300.000 pesetas anuales.El pacto entre el consistorio y los taxistas parecía garantizar la puesta en marcha de la reordenación, pendiente sólo de la burocracia. Pero los escollos se sucedieron desde entonces: hubo problemas jurídicos con el convenio y las ayudas prometidas del Gobierno vasco y la Diputación se retrasaban. Solventados estos inconvenientes, el pasado año todo parecía resuelto: el 90% de los 774 taxistas bilbaínas expresó, en una votación, su apoyo al plan, y el pleno del Ayuntamiento de Bilbao aprobó definitivamente el convenio para la supresión de las 100 licencias.
Pero a finales de 1999 sucedió lo inesperado: sólo 457 taxistas, el 58% del total, pasaron por el banco para firmar el crédito que sufragaría la retirada de las licencias. La desunión manifestada por los taxistas bilbaínas supuso una gran sorpresa entre los responsables de las dos principales asociaciones bilbaínas, que han cumplido más de cuatro años en negociaciones sobre este asunto.
La última posibilidad de salvar la reordenación fue planteada por las asociaciones al Ayuntamiento en enero. Se trataba de imponer una tasa obligatoria a todos los profesionales para llevar adelante el proyecto. Pero, tras el estudio de su legalidad por parte del Ayuntamiento bilbaíno, se ha desechado. "Esta tasa se aplicó en Barcelona, algunos taxistas la impugnaron y los tribunales les han dado la razón. Ante eso, el Ayuntamiento ha dicho que no se puede aplicar y el plan de reordenación queda así aparcado", asegura el portavoz de una asociación bilbaína.
Ambas partes se resignan así a proseguir con las 774 licencias en Bilbao "a no ser que se plantee alguna otra medida que ahora no existe", señala. El rechazo a la reordenación en Bilbao complica también otros planes similares en otras localidades de Euskadi, que cuenta con cerca de 2.500 taxistas.
La única medida que se pondrá en marcha próximamente en la capital vizcaína es la limitación a 12 horas de la jornada laboral, una iniciativa que se ha negociado en paralelo a la reordenación.
Los profesionales bilbaínos han realizado en el último año varias pruebas con los aparatos que regularán el trabajo diario. Cada vehículo tendrá un cronómetro que estará conectado con un repetidor exterior y anulará el taxímetro cuando se cumplan las doce horas máximas autorizadas.
El coste de los aparatos, que rondará los 60 millones de pesetas, será financiado íntegramente por el Ayuntamiento. La implantación de la jornada de 12 horas partió del consistorio, que tiene competencias en este asunto. Actualmente, los 774 taxistas trabajan a diario una media de 14 horas, pero hay casos de 18 e incluso de 20 horas por jornada.
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