Patrimonio destina 76 millones para paliar los daños del hipódromo

Patrimonio Nacional ha destinado 76 millones a reparar los daños más graves sufridos en el hipódromo de La Zarzuela por el deterioro sufrido en los cuatro años que lleva cerrado. Patrimonio ha convocado un concurso para adjudicar la explotación del hipódromo. Tres empresas se han interesado hasta el momento en gestionar las instalaciones. El fallo se conocerá a finales del próximo marzo.

Entrada de jabalíes

La adjudicación de la explotación del hipódromo está pendiente desde que Patrimonio expulsó mediante un lanzamiento judicial a su anterior arrendatario, Enrique Sarasola, después de que la Fiscalía de Madrid denunciase numerosos destrozos en el recinto y su entorno natural.El deterioro que afecta al hipódromo de La Zarzuela alcanza tanto a las zonas construidas como a las pistas en las que se celebraban las carreras de caballos. Así por ejemplo, la tribuna sufre humedades en las zonas más bajas, si bien el voladizo diseñado por el ingeniero Eduardo Torroja no corre peligro aunque precisa una reparación. La vegetación ha crecido tanto que hay riesgo de incendios por la abundante maleza. Y hasta el cercado de la finca está dañado.

La situación es tan preocupante que el gerente del Consejo de Administración del Patrimonio Nacional, Miguel Ángel Recio ha decidido adjudicar con carácter de "emergencia" los trabajos a realizar en estas instalaciones para paliar los problemas más graves y que necesitan una rápida intervención. Todas estas actuaciones han sido consideradas por los expertos como medidas indispensables para el mínimo mantenimiento de las instalaciones que están a la espera de que se adjudiquen a una nueva empresa. Las reparaciones se han fijado tras una auditoría realizada al centro hípico por un grupo de expertos de Patrimonio Nacional.

Algo más de 21 millones se destinarán, por ejemplo, a tareas tan básicas como el cerramiento de las instalaciones situadas en pleno monte de El Pardo con el fin de evitar la posible entrada de jabalíes -animales que habitan en la zona- al hipódromo.Otra de las partidas más importantes, 19.500.000 pesetas, se empleará en la conservación y mantenimiento integral del hipódromo. En ellas se contemplan las actuaciones más imprescindibles para mantener en buen estado las zonas del recinto hípico que han sufrido más daños. Así se han adoptado acciones básicas que van desde el control y seguimiento de los suministros generales de electricidad y de agua, hasta la vigilancia sobre el estado y conservación de la vegetación, flora y fauna que vive en La Zarzuela con el objeto de que Patrimonio Nacional garantice su conservación.

Patrimonio también ha destinado algo más de seis millones a la "adecuación del hipódromo de La Zarzuela en Medio Ambiente". En esta partida se especifica el grave deterioro sufrido en una de las zonas más emblemáticas del recinto, la denominada "pista de potros" que en sus mejores tiempos estuvo flanqueada por vegetación autóctona de encinas y árboles de sombra. Actualmente, según se especifica en el pliego de prescripciones técnicas, estos árboles permanecen muertos o secos a lo largo de los laterales, con el consiguiente peligro para personas y bienes. En un capítulo paralelo se aprueban tres millones de pesetas para la limpieza de maleza y vegetación para la prevención de incendios.

Para la adopción de medidas de seguridad en La Zarzuela, Patrimonio ha dispuesto un capítulo de 15 millones. Además, se destinan casi 10 millones a un contrato de consultoría y asistencia técnica para la elaboración de un pliego de condiciones para la selección de un nuevo arrendatario. Este pliego fue presentado hace unos días de manera oficial. En él se fijan las condiciones para adjudicar la explotación de La Zarzuela. Según fuentes de Patrimonio, han sido tres los grupos que hasta el momento han pagado un millón de pesetas para hacerse con las condiciones del concurso. La adjudicación será efectiva a finales de marzo. Mientras Enrique Sarasola, el anterior gestor, ha retirado ya sus enseres del recinto bajo la supervisión de técnicos de Patrimonio que previamente realizaron una auditoría sobre los bienes.