Dos exposiciones muestran el alma y el cuerpo de la obra de Coderch El Colegio de Arquitectos acoge las exhibiciones fotográficas
Si existe una disciplina creativa que provoque opiniones abiertamente divergentes, es la arquitectura. Quizá en la expresión de la arquitectura se valore en exceso la frialdad de la forma sin destacar el alma que esconde. Las dos exposiciones fotográficas que presenta en Barcelona el Colegio de Arquitectos de Cataluña (Coac) permiten percibir la conjunción del cuerpo y el alma de la arquitectura en la obra de José Antonio Coderch (Barcelona, 1913-1984).
Una de las exposiciones, la que se presenta en la Sala Picasso del Coac (plaza Nova, 5), recoge varios exponentes de la vertiente fotográfica de Coderch. Las obras expresan la combinación acertada de inteligencia y sentimiento, y racionalidad e intuición. Motivos como retratos familiares y de amigos, fascinaciones arquitectónicas y animales en movimiento permiten este juego de sentimientos que con frecuencia se consideran incompatibles. La selección de fotografías presentada en Coderch fotógrafo ha sido realizada por Carles Fochs de entre las más de mil fotografías que componen el álbum familiar del arquitecto. Desde la intimidad de este trabajo fotográfico se puede establecer un puente con el trabajo público de Coderch. Una planta más abajo, las fotografías personales contrastadas con su trabajo profesional permiten comprobar que su mundo arquitectónico estaba bien cimentado en su espacio íntimo e interior.La exposición Coderch 1940-64. A la búsqueda del hogar, presenta a través de más de 300 fotografías, planos y dibujos originales la trayectoria profesional del arquitecto desde sus inicios hasta 1964, un momento en que su carrera daría un giro. Se trata de ofrecer una visión de los años de aprendizaje, marcados por el deseo de encontrar esta parte más íntima y humana de la arquitectura que, lejos de estar pensada exclusivamente como un juego estilístico, intenta hallar su verdadera vocación de servicio a las personas con el diseño de su hábitat más elemental: el hogar y el centro de trabajo.
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