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"No podía ayudar a mis compañeros porque nos hubiéramos ido juntos"

Ricardo Arias García, de 24 años, único superviviente del naufragio del pesquero Arosa, que se hundió en la madrugada del pasado martes en aguas irlandesas del Gran Sol, llegó sobre las once menos cuarto de la noche de ayer al aeropuerto de Peinador, en Vigo. En el aeropuerto le esperaban sus padres, su abuela y otros miembros de su familia.Emocionado, entre los abrazos de los suyos, Ricardo Arias reconoció que en estos momentos no tiene intención de volver al mar, pero que no descarta volver a hacerlo más adelante. "He pasado mucho miedo, pánico. Aún no sé si estoy o no estoy. A veces no sé cómo pude salir de allí", relató el marinero, que fue rescatado por un helicóptero de entre las rocas de la costa junto a otros dos compañeros que fallecieron de hipotermia cuando eran trasladados a la costa. Ricardo era el único de los tres que no llevaba puesto el chaleco salvavidas. Decidió no hacerlo porque pensó que podría entorpecer sus movimientos entre las rocas.

La tripulación del Arosa estaba formada por trece hombres y sólo se han logrado recuperar seis cadáveres.

El joven, que llevaba cuatro años navegando y uno a bordo del Arosa, dijo que se había sentido impotente cuando vio que no podía hacer nada para ayudar a sus compañeros. Arias añadió que durante el tiempo que permaneció agarrado a una roca, momentos que le parecieron interminables, hasta que fue rescatado: "No podía echarles una mano a mis compañeros porque si no nos íbamos juntos".

Pero para Ricardo el momento más difícil fue el de la identificación de los cadáveres rescatados. "Algunos estaban muy desfigurados. Es una imagen que me quedará grabada".

Arias reiteró que pensaba que la vía de agua que se había producido en el barco no fue la causa del naufragio, ya que la estaban achicando, y señaló que en esos momentos había un fuerte temporal, por lo que no sabía el motivo real del naufragio. El único superviviente del Arosa había declarado por la mañana ante el juez de la localidad irlandesa de Galway que investiga las causas del hundimiento del pesquero gallego, que faenaba bajo bandera británica.

Daniel Martínez, uno de los dos armadores del Arosa, perteneciente a la empresa Mar de Udra, declaró ayer a Efe que el barco estaba en regla y en buenas condiciones antes de su naufragio. El armador explicó que el pesquero fue sometido a revisión por última vez en diciembre de 1999, en el puerto inglés de Millford Haven, donde estaba matriculado el pesquero. En esa ocasión se encontró en el casco del Arosa un pequeño agujero, del tamaño de una moneda que, según Martínez, fue reparado inmediatamente.

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Los servicios de rescate de la Marina y de guardacostas irlandeses continuaban ayer por cuarto día la búsqueda de los seis tripulantes desaparecidos. Sus familias esperan en Galway para poder llevárselos a casa.

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