MENSAJE AL FUTURO EN SAN PETERSBURGO

Ahora que James Cameron, el director de Titanic, pretende pasar a la historia alojándose durante una temporada en la estación espacial Mir, hay gente que, con menos millones que él, quiere pasar a la posteridad de forma más modesta. Resulta que los empleados del archivo del Museo de Historia de San Petersburgo, que pasa por graves dificultades económicas, han ideado un curioso método para obtener fondos: vender el derecho a almacenar durante 50 años mensajes o documentos en los venerables muros de la fortaleza de Pedro y Pablo, en la que fueron enterrados con gran pompa y boato, en julio de 1998, los huesos del último zar, Nicolás II, y su familia, ejecutados sin juicio por los bolcheviques exactamente 80 años antes, en Yekaterimburgo. El precio base es de unas 57.000 pesetas, aunque a los jubilados se les aplicará una tarifa especial reducida de 2.000. Según informa el diario Trud, la iniciativa ha suscitado un enorme interés entre los petersburgueses, incluidos poetas, pintores y compositores, que, hartos de que no se reconozcan sus méritos en vida, legarán su obra (oculta tras los ladrillos) para la posteridad. También abundan testamentos o cartas para los descendientes. La fecha fijada para que se depositen en los muros de esta fortaleza, frente al palacio de Invierno (que hoy acoge al Museo del Ermitage), es el 25 de noviembre.-