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Copas a deshora

Isabel Ferrer

El programa de reportajes Dispatches, de la cadena comercial británica de televisión Channel 4, basa su éxito en la polémica que suelen despertar sus investigaciones. En su última entrega se ha ocupado del consumo de alcohol entre los pilotos de British Airways, que según la emisora es excesivo y continuo. La reacción de las líneas aéreas ha sido fulminante. Ante las denuncias sobre las noches de borrachera y música disfrutadas por 10 de los 12 profesionales filmados, en especial el capitán que viajó de Barcelona al aeropuerto londinense de Gatwick el pasado 25 de julio, ha suspendido a 14 de sus empleados mientras analiza la veracidad de los hechos.Channel 4 utilizó el viejo y controvertido truco de filmar en secreto a los pilotos y la tripulación del vuelo en cuestión, BA2485, cuando pasaban una noche de asueto en Barcelona. A pesar de que a la mañana siguiente debían llevar a Londres a sus pasajeros, el equipo recorrió bares y clubes nocturnos hasta altas horas de la madrugada. Las normas de aviación prohíben beber las ocho horas anteriores a un vuelo y aconsejan un consumo moderado de alcohol durante las 16 horas que preceden al despegue.

Según la emisora, el capitán había consumido el equivalente a 20 unidades de alcohol antes de ponerse al mando del aparato a la mañana siguiente. Incapaz de manejarlo, durmió todo el viaje y dejó la responsabilidad en manos de su primer oficial. Una decisión algo apresurada, si se tiene en cuenta que éste llevaba supuestamente en el cuerpo por lo menos 16 copas cuando despegó.

Aturdido por las acusaciones, el servicio de seguridad de British Airways ha asegurado que no hubo peligro alguno de accidente durante el vuelo Barcelona-Londres, ahora sujeto a una investigación oficial. "Hemos notificado los hechos a Aviación Civil y hay 11 pilotos y 3 miembros de la tripulación suspendidos. Todos ellos cubrían trayectos cortos desde Gatwick", señaló ayer su director, David Hyde.

La compañía aérea le ha pedido a Channel 4 que le muestre las pruebas acerca del volumen de alcohol que asegura haber visto consumir a sus empleados. Una solicitud que la emisora no piensa atender. De momento guardará sus cintas y mantiene que el equipo de Dispatches no emboscó a nadie. "Todo lo que dicen es cierto", en palabras de su portavoz, Melinda McDougall.

La crítica más feroz contra el programa la ha efectuado la Asociación Británica de Pilotos de Líneas Aéreas. A sus responsables les parece cuando menos sospechoso que Channel 4 haya mostrado el programa a la prensa en lugar de remitirlo directamente a sus oficinas y a las de Aviación Civil. "Buscan el sensacionalismo y no el interés del público. Hasta utilizaron antiguos tripulantes de avión para que entablaran amistad con los que aparecen en la filmación e inducirles a caer en el error, si es que lo hubo", ha dicho airado Chris Darke, secretario de la Asociación, que piensa apoyar en todo a sus colegas.

Darke no tuvo tanta suerte en 1997 cuando British Airways despidió al capital John Ralph por haberse presentado bebido en el aeropuerto de Los Ángeles para llevar a Londres, a bordo de un Boeing 747-400, a 350 pasajeros. De 48 años en el momento de su caída en desgracia, Ralph había gastado el equivalente a 14.000 pesetas en alcohol en el hotel donde se alojaba poco antes de salir para el trabajo. Los pasajeros sólo supieron del peligro que podían haber corrido cuando la noticia apareció publicada.

En la misma época, una investigación del diario sensacionalista News of the World, aseguró que el piloto Daniel Gregory, de la compañía BAC Express Airlines, había tomado drogas camino de Irlanda. Virgin Airlines, tuvo que asegurar a sus clientes el pasado año que sus pilotos no tenían por costumbre beber. Los problemas de uno de ellos para acceder sin caerse a la cabina de mandos en un vuelo de Madrid a Bruselas provocaron el comunicado.

En enero pasado, fueron las autoridades del aeropuerto holandés de Schipol las que obligaron a un piloto marroquí a dormir la borrachera. Era el capitán de un Boeing 737 de Air Maroc que debía llevar a Tánger con 125 pasajeros a bordo.

British Airways espera averiguar lo ocurrido entre sus empleados en Barcelona, pero preferiría ser recordada por capitanes modélicos como Nick Davies. Un humilde y valiente piloto que aterrizó en mayo pasado en Liverpool sin novedad después de que le fallara el avión, en pleno vuelo, con 44 pasajeros a bordo.

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