Un error obliga a repetir el concurso del túnel del Casco Viejo de Vitoria

"Una chapuza"

Los errores proliferan esta semana en el Ayuntamiento de Vitoria. Pocos días después de que un fallo del Departamento de Urbanismo retrasase el realojo de 12 vecinos en el Casco Viejo, ayer quedó desierto un concurso público por la ambigüedad con que se planteó desde un principio. Se trata de uno de los proyectos estelares del Partido Popular para este mandato municipal: la construcción de un túnel y un aparcamiento bajo el Casco Viejo con el propósito de agilizar el tráfico en el centro de la ciudad.Cinco empresas se presentaron al concurso para elaborar un estudio que aclare si la iniciativa es viable o no. El Ayuntamiento los ha examinado durante casi un año y en este tiempo se han redactado dos informes técnicos contradictorios. El primero, de diciembre del año pasado y elaborado por el ingeniero jefe del Departamento de Vía Pública, asegura que todas las ofertas, salvo una (la de Mecsa), reúnen las condiciones exigidas. Para aseverar esto, se basaba en las implicaciones que tendría el túnel para el tráfico de la ciudad. El segundo texto, redactado por la Agencia de Renovación Urbana en marzo, apostaba por otra empresa diferente (Juan Adrián Bueno Studio), alabando las soluciones arquitectónicas y urbanísticas que proponía.

Estas contradicciones técnicas se deben a que el pliego de condiciones que se presentó a las cinco empresas interesadas en el proyecto partía con fallos de base, ya que no quedaban claros los criterios que debían primar.

Así, la mesa de contratación del Ayuntamiento, presidida por el concejal de Hacienda, Javier Maroto, tuvo que declarar desierto el concurso y proponer uno nuevo con unas nuevas bases técnicas, donde se aclare qué conceptos se valorarán más. Es decir, admitía que el concurso estaba elaborado con unas bases erróneas.

Ante este problema, el equipo de gobierno ha propuesto a las dos empresas destacadas por los técnicos para que participen en un nuevo concurso negociado -restringido-. No obstante, esta decisión entraña algunos riesgos, como la posibilidad de que recurran la decisión municipal alguna de las otras empresas concursantes.Mientras, algunos grupos de la oposición entienden la resolución del concurso como un caso más de la "ineficacia" del Partido Popular. Avelino Fernández de Quincoces, concejal de la coalición nacionalista PNV-EA, participante en la mesa de contratación, califica de "chapuza" el proceso y recuerda al equipo de gobierno que "es más sencillo hacerlo bien en estos casos que hacerlo mal". "No tengo valoraciones políticas. Sólo tengo una sensación personal de lástima", dice.

En el fondo, el concurso tiene un valor más simbólico que económico, porque la cuantía de las propuestas entregadas por las empresas no sobrepasa los 13 millones de pesetas.