Retraso en el comienzo del curso escolar

Estimado señor Ruiz-Gallardón, presidente regional: perdóneme el atrevimiento pero, ¿cuántos hijos tiene usted? ¿Por casualidad acude a algún colegio o instituto público alguno de ellos? Lo siento, pero lo suyo es un error imperdonable: no comprendo, me cuesta sinceramente creer que, estos días, se esté dando publicidad al hecho de que, de alguna manera, su Gobierno pueda estar dando superávit en el último ejercicio económico.También me cuesta seriamente asimilar el que, en la página web de la FAPA (Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos) se cuestione su Gobierno, tras la desafortunada transferencia de competencias desde la zona MEC (Ministerio de Educación) precisamente por no haberse querido gastar algo así como 10.000 millones de pesetas de fondos que, presuntamente, tienen "congelados" por no sé que especiales motivos.

Yo le acuso, señor Ruiz-Gallardón, de tener a mi hija y a un montón de alumnos que, ilusionados, querrían haber comenzado su curso escolar en 1º de ESO el pasado día 25 de septiembre, prácticamente desatendidos, en una falsa nube que para ellos y ellas pudiera asimilarse a una continuación interminable de sus pasadas, y extenuantes, vacaciones veraniegas.

Resulta que tenían que acometer una serie de obras en centros escolares públicos para poder recibir a estos nuevos, y al parecer inesperados, alumnos. Entre ellos, el histórico Colegio Emilio Castelar del barrio de Tetuán, que, necesitado hace largo tiempo de una manita que actualizara sus instalaciones e incluso su aspecto exterior, venía ofreciendo un aspecto desalentador y poco atractivo para los escolares, futuros gestores de nuestra sociedad.

Pues bien, tras más de dos meses de inactividad absoluta, por fin, a primeros de septiembre, se comenzó a adivinar que alguna subcontrata de subcontrata de subcontrata (...) se ponía ya manos a la obra, al tiempo que se ubicaba un mínimo cartel en alguno de los cristales que quedaban enteros anunciado al inicio escalonado del curso, en el cual parece corresponderle a los alumnos de 1º de ESO algo así como mediados de octubre de 2000.

¿Cree, señor Ruiz-Gallardón, que esto es admisible, incluso constitucional? Yo más bien pienso que esto la va a costar a usted un elevado precio político, que es la única moneda de cambio que al parecer entienden los de su profesión.

No importa el aporte que haga cada familia, vía impuestos directos e indirectos, a sus arcas; no importa que se exiga desde todos los ángulos de la sociedad un sistema educativo público de calidad, robusto, innovador, integrador, cimentador de los adultos del futuro, no señor.

Lo siento, no nos ha convencido con la foto de Vicálvaro en aquella "imaginaria" sala de flamantes ordenadores.

Por último, señor Ruiz-Gallardón, le exigimos de inmediato una pronta solución al calvario que estamos pasando los padres de más de 15.000 alumnos de ESO en Madrid.- Ángel Espinell.