Los paramilitares de Guatemala, acusados de ejecutar linchamientos

Como en el cuento de Augusto Monterroso, los guatemaltecos parecen despertar del sueño de un país democrático y en paz, para encontrarse con que el dinosaurio, encarnado en el polémico general Efraín Ríos Montt, sigue ahí, dispuesto a gobernar el país a su antojo.Las denuncias sobre abusos de poder han abundado casi desde el momento mismo en que el Frente Republicano Guatemalteco (FRG, creado a imagen y semejanza de su líder) asumió el poder, el 14 de enero pasado, tras humillar en las urnas al Gobierno de Álvaro Arzú Irigoyen.

Ahora, al ser acosado el nuevo Ejecutivo, han resucitado a las tenebrosas Patrullas de Autodefensa Civil (PAC), responsables, según la ONU de complicidad en un 70% de las masacres atribuidas al Ejército. La denuncia más grave de todas la hizo este fin de semana el párroco de Santa Cruz de Quiché al señalar que los líderes de las PAC se ocultan tras los linchamientos para vengarse de quienes han denunciado sus abusos. "Lo que pareció el linchamiento de ocho delincuentes por una turba, fue realmente la venganza en contra de quienes les acusaban de masacrar a siete personas en 1993", dijo el párroco Rigoberto Pérez.