Ha salido un nuevo diario

La aparición de un nuevo medio de comunicación suele celebrarse como un enriquecimiento de la pluralidad informativa. Después, los hechos confirman o desmienten la expectativa. Estos días ha salido Diario de Valencia, la cabecera decana de entre todas las valencianas, protagonista de una larga y agitada historia, cuyo penúltimo episodio se consumó entre 1980 y 1982 como periódico abanderado del progresismo indígena. En esta singladura recién iniciada parece ser muy otra la inspiración y propósito, aunque quizá resulte prematuro juzgar su orientación y estilo. Por el momento, los rasgos más sobresalientes de este rotativo, tal como su director lo ha querido, son el apasionamiento y la radicalidad, de tal modo que algunas opiniones y noticias diríase estar escritas con una Parabellum. En este punto no hay trampa ni cartón y el lector ha de darse por avisado. Ya se verá si se trata de un planteamiento editorial o de una fórmula llamativa para hacerse un hueco en el mercado. Sus lectores menos apasionados no disimulan el pasmo y el temor a que se aviven algunos episodios mediáticos de triste recuerdo. Estamos a la expectativa.