ETA planeaba "tumbar" la sede del BSCH en Santander y matar a ocho policías y un concejal
ETA busca un atentado espectacular. Los miembros del comando Vizcaya que murieron en Bolueta, Bilbao, el pasado día 7 de agosto al estallar el explosivo que manipulaban, tenían croquis muy detallados para provocar dos masacres en Santander. Una, en la zona de El Sardinero, contra un furgón policial que transporta habitualmente entre seis y ocho policías nacionales. La otra, contra la sede principal del Banco Santander Central Hispano. Querían hundir el edificio colocando un coche cargado de explosivos bajo el arco de su fachada. La Ertzaintza descubrió la documentación el pasado día 19 en un piso franco que el comando tenía en Galdakao, y que usaba como centro de operaciones de su gran área de influencia.
Ocho muertos
ETA quería imitar al IRA y lanzar un ataque espectacular contra la sede emblemática de una de las primeras entidades financieras del país. Si en febrero de 1996 los terroristas irlandeses dañaron la City londinense, ETA planificaba volar la sede central del BSCH en Santander, según desveló ayer la Cadena SER.No era la primera vez que los terroristas buscaban un golpe de efecto espectacular y sangriento. Las dos furgonetas cargadas con 1.700 kilos de explosivos que ETA puso en ruta desde Francia, con dirección a Madrid, el pasado diciembre -el mes en que rompió la tregua-, fueron el primer intento. El atentado del IRA contra el centro financiero británico se produjo también el mismo día en que retomó las armas tras la primera fase del proceso de paz.
Si en diciembre fue la Guardia Civil la que detuvo el vehículo con explosivos, esta vez fue la Ertzaintza la que encontró en un piso de Galdakao (Vizcaya) la información, extraordinariamente elaborada, para cometer dos atentados en la capital de Cantabria. ETA consideraba que en esa región tenía mayor capacidad de movimiento, entre otras cosas porque las Fuerzas de Seguridad no disponen de un potente servicio de información antiterrorista.
El atentado que iban a cometer de manera inminente contra el BSCH fue ensayado previamente por los miembros del comando que el 7 de agosto murieron en Bolueta al explotar la dinamita que manipulaban.
Los terroristas, según fuentes policiales, iban a colocar un coche cargado con más de 400 kilos de explosivos en la calzada que se encuentra bajo el arco que forma la sede principal del BSCH en Santander. "Si colocamos el explosivo justo después del semáforo, dentro del túnel, tumbamos el edificio", apuntaron los terroristas junto a croquis y mapas muy detallados. Los miembros del comando estudiaron a fondo los puntos débiles de la seguridad del edificio. Dejaron un coche varios días y comprobaron que no levantaba sospechas.
En la oficina principal del BSCH en Santander, en el céntrico Paseo Pereda, trabajan unas cien personas, según informa Jesús Delgado desde la capital cántabra. Fuentes judiciales creen que ETA perseguía un efecto propagandístico y que posiblemente planeaba cometer el atentado antes de que los trabajadores acudieran al banco.
La Ertzaintza encontró un volumen impresionante de información en el piso del comando Vizcaya que tenía vigilado en Galdakao y al que entró el pasado día 19. Además de armas y explosivos, los agentes se quedaron impresionados de la meticulosidad de los seguimientos a personas y de los planos para la comisión de atentados.El segundo atentado previsto para la capital cántabra tenía como objetivo un furgón del Cuerpo Nacional de Policía que habitualmente pasa por la zona de El Sardinero y que transporta entre seis y ocho agentes. Todo estaba preparado para trasladar el coche bomba y hacerlo estallar: planos con las vías de huida, el punto exacto para colocar el coche bomba y los horarios exactos para cometer la masacre. También disponían de datos, aunque con errores, sobre un concejal santanderino del PP contra el que quizá pretendían atentar.
Ni la Consejería del Interior del Gobierno vasco ni el Ministerio del Interior quisieron ayer comentar estos hechos. Los datos fueron conocidos pocas horas después de que el consejero de Interior, Javier Balza, indicase que la Ertzaintza había evitado dos atentados fuera de Euskadi.
La Ertzaintza acabó el registro del piso del comando Vizcaya a las 7 de la mañana del pasado día 19. A las 16.30 reunió a mandos del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil para trasladarles la información encontrada.
La Ertzaintza tenía vigilado el piso en el que finalmente halló toda esa información desde la operación que desencadenó en Vitoria a mediados de agosto. Aunque los detenidos en la capital alavesa fueron puestos en libertad inmediatamente, una pista les condujo hasta la guarida del comando Vizcaya.
Pero el seguimiento a ese grupo era incluso anterior. Los cuatro integrantes del comando, con Patxi Rementeria al frente, murieron en el barrio bilbaíno de Bolueta el 7 de agosto cuando estaban cambiando apresuradamente de residencia, ya que habían detectado movimientos cercanos de la policía vasca. Fuentes policiales creen que las prisas de los terroristas, al sentirse vigilados, precipitaron el accidente que acabó con sus vidas.
ETA ha actuado en 22 ocasiones en Cantabria. La última, el 21 de febrero de 1998, cuando la Policía desactivó una bomba colocada bajo la sede del PP horas antes de que se reunieran allí 80 jóvenes.
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